El grupo inversor Fernández Calvo empieza a recoger los frutos del cambio de estrategia que viene implementado en Chocolates Trapa desde que se hizo con la totalidad de la compañía en 2013. En estos nueve años, la marca ha multiplicado por 18 sus ingresos y ha pasado de facturar 1,5 millones de euros en 2013, hasta los 27 millones registrados el pasado año, con un incremento del 42% en los últimos doce meses. En concreto, del total de las ventas en 2022, el 33% corresponde a la exportación, siendo Japón y Estados Unidos los principales mercados exteriores de los 50 países en los que la firma está presente, según ha difundido en un comunicado.
“Se trata de unos resultados muy positivos, que vienen a refrendar la buena dirección en la que está enfocada la compañía, apoyada en un equipo sólido y muy en línea con las necesidades que dicta el mercado", ha asegurado el presidente y consejero delegado de Chocolates Trapa, Gerardo Fernández Calvo, empresario perteneciente a la familia Calvo, y muy arraigado a Palencia, donde tiene sus orígenes la marca.
Las previsiones del grupo apuntan a la consolidación de estas mejoras puesto que sigue apostando por la formulación de los productos y en el diseño de los envoltorios y su sostenibilidad, así como una notable ampliación de su portafolio de artículos. En esta línea, este año la compañía se ha introducido en la categoría de helados. De esta forma, Chocolates Trapa se ha aliado con Helados KTC, veterana empresa especializada en la elaboración y distribución de postres helados, nacida en 1975 y ubicada en Valladolid.
En este sentido, Fernández Calvo, señala que "la entrada de Chocolates Trapa en categorías de productos como los helados, en la que nos introducimos por primera vez, demuestra el gran compromiso con la innovación que hemos adquirido. Estamos convencidos de que van a tener una excepcional acogida, debido a su gran calidad y a que, al igual que todos nuestros productos, están exentos de gluten y aceite de palma". En concreto, a fecha de hoy, los artículos Trapa han eliminado el aceite de palma, para adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores, y los chocolates están libres de gluten, grasas hidrogenadas y ácidos grasos trans.
Durante la última década al frente de la compañía, la gestión del grupo inversor Fernández Calvo, se ha significado por un importante esfuerzo en innovación, que ha ido aparejado de más de 30 millones de euros en la ampliación y equipamiento de la fábrica palentina, en equipo humano y, sobre todo, en I+D+i.