Cementos Molins aumentó su beneficio neto un 38% en los nueve primeros meses de 2023, situándose en 124 millones de euros, mientras que sus ventas se incrementaron un 13% durante el mismo período hasta alcanzar los 1.079 millones de euros.
La empresa que preside Joan Molins Amat difundió este lunes los resultados correspondientes a los nueve primeros meses, "periodo marcado por una paulatina ralentización de la actividad durante el segundo y tercer trimestre, si bien esta evolución es desigual según la zona geográfica", según precisaron en un comunicado.
El ebitda alcanzó los 278 millones de euros, un incremento del 33% respecto al mismo periodo de 2022, una mejora que la compañía atribuye a "los incrementos de volumen, el impacto positivo de los planes de eficiencia, y la mejora de precios de venta, que se ha minorado por el impacto desfavorable del tipo de cambio".
Por otra parte, Cementos Molins invirtió más de 6,6 millones de euros en la reforma de sus instalaciones de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona). Con ello consiguieron mejoras medioambientales y energéticas. Destaca una remodelación integral del edificio de oficinas, la instalación de 1.455 paneles fotovoltaicos para autoconsumo, el rediseño de los espacios verdes y una nueva planta de recuperación y desarrollo de materias primas alternativas. A principios de octubre se inauguraron las nuevas instalaciones en un acto que contó con la presencia del conseller de Empresa de la Generalitat, Roger Torrent, entre otras autoridades.
En la planta de producción de Sant Vicenç dels Horts, donde surgió la compañía hace 95 años, trabajan 530 de los 6.200 trabajadores del grupo. Con la remodelación del edificio de oficinas, la compañía consigue un ahorro energético del 68,75% sobre el consumo anterior a las obras, lo que representa una reducción de las emisiones de 650 toneladas al año de CO₂, según precisan en un comunicado.
Cementos Molins se dotó de una hoja de ruta (Sustainability Roadmap 2030) para recortar sus emisiones de CO₂ en un 20% en 2030. Eso conlleva la aceleración de los planes de reducción de emisiones que la empresa realiza desde 1990 y pone el foco en el objetivo estratégico de suministrar hormigón neutro en emisiones de carbono en el año 2050.
Cementos Molins cerró 2022 con un beneficio de 112 millones de euros, un 7% más respecto a 2021. Según la compañía, con estos resultados alcanzaron los objetivos fijados en el plan estratégico 2020-2023 un año antes de lo que estaba previsto. La facturación de la empresa alcanzó los 1.268 millones de euros en 2022, un 31% interanual más.
En abril pasado, la compañía adquirió la empresa de fabricación y distribución de productos químicos para pavimentos industriales y decorativos Tecnoresil, con fábrica de sílices y resinas en Polinyà (Barcelona). La operación, de la que no transcendió el importe, se realizó a través de Propamsa, la filial especializada en soluciones para la construcción.