Ya hace diez años que la empresa catalana Ideaded, fundada en 2015 y con fábrica en Viladecans, investiga cómo hacer microchips sin silicio, más eficientes energéticamente y menos dependientes de otros lugares para la cadena de suministro. Pero este año se ha hecho grande, con la compra del 5,8% por parte de Escribano y la entrada de capital con 9,5 millones del estado a través de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT) para obtener también alrededor de un 6%. El salto definitivo tiene que llegar el año que viene, cuando entre en el mercado. Espera hacerlo con una facturación inicial de 100 millones de euros.
Después de unos años facturando pocos miles de euros en la fase inicial de investigación (42.000 euros en 2023, último año disponible en el Registro Mercantil), espera entrar al mercado en 2026 y “muy pronto” facturar a partir de 100 millones de euros, gracias a potentes clientes del sector del internet de las cosas que les comprarán los microchips que permiten digitalizar y rastrear los objetos.
“Hasta que no entras en el mercado, no facturas. Los **primeros años han sido para hacer un plan de financiación y estructurar la empresa**. Las empresas deeptech, que no son financiadas en Europa como en Estados Unidos o en Asia, necesitan unos años para arrancar. Cuando no hay facturación, no hay inversión, aquí. Si eres una deeptech, necesitas muchos años de inversión para desarrollar, porque nosotros hacemos hardware y no software”, explica su **CEO y fundador, Eduard Puig**, en entrevista con ON ECONOMIA. “Es el pez que se muerde la cola. Quieres hacer empresas deep tech, pero si no facturan no las financias y así cuesta mucho”, completa.

¿Cuál es el diferencial de Ideaded? Fabricar unos microchips sin silicio, hechos de nanotubos de carbono, que permiten una tecnología “más eficiente desde el punto de vista energético, más eficaz y menos costoso, así como menos dependiente de otros lugares de donde se extraen minerales como el silicio, ya que los nanotubos se pueden hacer y los hacemos con materiales sintéticos”, desarrolla Puig.
“Nuestro objetivo es digitalizar a pequeña escala objetos que, por costes, no era posible”, comenta. Para hacerlo, invirtió 12 millones de euros para crear la sala blanca de semiconductores más grande de Europa en Viladecans, donde trabajan 100 trabajadores altamente cualificados en un espacio de 2.500 metros cuadrados. Como ejemplo de su potencial, pone el hecho de que “Walmart ha expresado su intención de digitalizar todos sus productos y no hay capacidad en el mundo para responder a un solo cliente”.

Aunque todavía no desvela quiénes son sus clientes, Puig asegura que las empresas de la alimentación, retail, moda rápida y automoción están “muy interesadas” en esta tecnología. Su ambición le permite reconocer la empresa como una posible Intel a la europea y parece no ver techo de crecimiento de un mercado, el de los semiconductores, clave para el desarrollo de la tecnología.
Ideaded proyecta invertir 149 millones en los 10 años próximos y desvela a ON ECONOMIA que estudian abrir una nueva fábrica que podría hacer incrementar esta inversión, pero no detalla si la harán en Cataluña. “Queremos estar donde está el talento. En Barcelona hay talento, en Madrid hay talento…”, dice Puig, que, sin embargo, reconoce que hay un déficit de profesionales en el área de semiconductores en Europa. Otro de los retos es pasar del mercado del IOT (Internet de las cosas) a otros más sofisticados como la inteligencia artificial y los centros de datos.
"Ideaded fabrica microchips sin silicio, más económicos y más eficientes desde el punto de vista energético. No tenemos techo", Eduard Puig, CEO y fundador de Ideaded
La entrada de Escribano, defensa, “demuestra que la tecnología de Ideaded es importante” y no está necesariamente ligada a fabricar microchips para el sector de Defensa. “Se trata de una tecnología dual, civil y militar, y Escribano puede hacer uso de ella”, añade.
Estas entradas de capital, de todas formas, son “muy pequeñas” si comparamos la inversión que las grandes ‘deep tech’ han necesitado para crecer. Puig pone como ejemplo la fuerte inversión pública inicial en los años 80 en la taiwanesa TSMC, hoy empresa de semiconductores más valiosa del mundo.
I recuerda la apuesta de Europa basada en los informes Letta y Draghi para hacer crecer sus compañías en un contexto en el que casi todas las grandes tecnológicas son estadounidenses. Sin vértigo, cree que Ideaded puede posicionarse, por su diferencial, como una potencia, y ser algo así como “un Intel a la europea”. “Los semiconductores no tienen techo”, afirma convencido del potencial de la empresa que lidera.