El BBVA no desiste. El consejo de administración se ha reunido este lunes y comunica que seguirá adelante con la opa al Sabadell pese a todas las dificultades que enfrenta. Principalmente, el veto a la fusión que le ha impuesto el Gobierno durante tres años. Y la venta de TSB, que ya está en curso.

"Tras evaluar la condición impuesta por el Consejo de Ministros del pasado 24 de junio, el BBVA sigue adelante con la adquisición de Banco Sabadell porque el proyecto crea un enorme valor para los accionistas de ambas entidades y representa una oportunidad única para construir uno de los bancos más competitivos e innovadores de Europa".

Así lo expresa el banco que preside Carlos Torres a cierre de mercado este lunes, en un comunicado donde recuerda que la condición del Gobierno español es que ambas entidades mantengan, durante un periodo de tres años (prorrogables a dos más) su personalidad jurídica y patrimonios separados, así como autonomía en la gestión.

"Tras evaluar dicha condición, el BBVA ha decidido seguir adelante porque la operación crea valor para los accionistas de ambas entidades, a pesar de que la condición retrasará la materialización de parte de las sinergias estimadas". El banco había anunciado unas sinergias de 850 millones que ahora tendrá que recalcular. 

" El BBVA ha decidido no desistir de la oferta y, por lo tanto, la misma se mantiene vigente conforme a lo previsto en la normativa aplicable", agrega la entidad. 

El banco actualizará y publicará toda la información relevante sobre la opa una vez obtenga la aprobación del folleto por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Dicha aprobación se producirá, previsiblemente, en las próximas semanas. Si bien, el presidente del organismo comunicó que estaría antes de que acabe julio. 

"Juntos, seremos una entidad más sólida, con mayor escala y con capacidad para aumentar en 5.000 millones de euros anuales la financiación a familias y empresas, impulsando así el crecimiento económico de nuestro país”, afirma Carlos Torres en el comunicado.

También recuerda que esta última autorización del Consejo de Ministros se sumará a las 27 obtenidas desde que el banco anunció la operación hace casi 14 meses. También destacan que una vez se inicie el periodo de aceptación, "los accionistas de Banco Sabadell podrán, por fin, unirse al proyecto más atractivo de la banca europea".

36 meses sin fusión

Aunque el BBVA lo contemplaba como un escenario remoto y para nada principal, ya había advertido al regulador de los Estados Unidos que tanto las condiciones de la CNMC como la intromisión del Gobierno español podrían poner en riesgo la operación. En un documento enviado a la SEC, el banco reconoció que "su capacidad para materializar plenamente los beneficios y sinergias previstos al completar la opa, podría verse limitada” si alguno de los dos aprobaba la operación con compromisos, como ha ocurrido.

También advertía que si la fusión prevista no se consumaba por cualquier motivo, el BBVA consideraría improbable lograr la totalidad de los ahorros de costes y otras eficiencias operativas, o lograr el crecimiento de ingresos anunciado y beneficios. 

Ahora tendrá que especificar si las sinergias siguen siendo de 850 millones y cuándo las obtendría, pues otra de las condiciones del Consejo de Ministros es que no se cierren oficinas (tenía 300 previstas) ni se despidan empleados (contemplaba más de 1.000 millones a reducir plantilla).

El BBVA creía que tardaría “entre 6 y 8 meses” en llevar a cabo una fusión toda vez que los accionistas aceptaran la oferta de canje. Ahora, si finalmente sale adelante, tardará 36 meses.