El BBVA trabaja sin descanso para adaptar el folleto de la opa al Banc Sabadell a las condiciones que le impuso el Consejo de Ministros, que encarecen la operación y reducen las sinergias, con el objetivo de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la pueda aprobar cuanto antes y puedan votar los accionistas del banco catalán.
El Gobierno aprobó el 24 de junio pasado algunas condiciones adicionales a la opa del banco que preside Carlos Torres sobre el Sabadell, en defensa del interés general. La más importante de ellas era la prohibición de fusionarse en los próximos tres años, medida que reducirá las sinergias de 850 millones previstas por el BBVA en el folleto de la opa, al menos en estos primeros años.
La entidad española calculó que ahorraría 450 millones en tecnología, al unificar sistemas, 300 millones en gastos de personal y 100 millones en ahorros financieros. No obstante, la prohibición de fusión le obliga a mantener al Sabadell como filial, lo que reducirá parte de estos ahorros. También tendría alguna ventaja fiscal, como la reducción del impuesto a la banca, ya que el banco fusionado pagaría más que los dos por separado porque, después de la última modificación, es progresivo en función del tamaño del banco.
Para adaptar el folleto, que es el documento que da la información al mercado, y, por tanto, a accionistas e inversores, a las nuevas condiciones, la entidad de origen vasco trabaja, junto con la propia CNMV, en los ajustes en lo que respecta al cálculo de costes y sinergias, según han explicado a EFE fuentes próximas al proceso.
Los tiempos impiden que la opa culmine antes de vacaciones, ya que los periodos de aceptación suelen durar como mínimo un mes, pero el BBVA trabaja para que la CNMV pueda aprobar en las próximas semanas la operación y dar el pistoletazo de salida a dicho periodo de aceptación, cuando los accionistas del banco que preside Josep Oliu deben decidir si venden sus acciones a la entidad compradora o no. Este periodo podría culminar, previsiblemente, en septiembre, ya que puede alargarse hasta 70 días.
La venta de TSB
El BBVA aún puede mejorar la oferta, si bien ha reiterado que no lo hará. La semana pasada, en la última reunión del consejo del banco español, decidió tirar para adelante la operación pese a las trabas del Gobierno. En los últimos días, además, el Sabadell ha anunciado la venta de su filial británica, TSB, al Santander, lo que puede restar atractivo a la operación.
Si bien el BBVA no estaba especialmente interesado en la entidad británica, por lo que a nivel de perímetro, la venta no preocupa a Torres, también es cierto que resta valor al Sabadell, pues TSB estaba generando ya beneficios recurrentes. Además, en anuncio del banco catalán de pagar un dividendo extraordinario de 2.500 millones por la venta, también le resta valor, a la vez que es un incentivo para los accionistas para no vender.
Por si fuera poco, la venta de TSB y el anuncio de dividendo han disparado todavía más las acciones del Sabadell, que la semana pasada cotizaban un 11% por encima del valor ofrecido por el BBVA, por lo que los accionistas del banco catalán que acudieran a la opa, con estos precios, perderían dinero.
Mientras revisa el folleto, el banco que preside Carlos Torres no abandona la opción de recurrir al Tribunal Supremo las condiciones impuestas por el Gobierno, posibilidad que ya abrió tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros.