¿Puede la persistente subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo, que justo este viernes 21 cumplía un año desde su inicio, acabar directamente con tu empleo? Probablemente, la respuesta sea no, pero sí que puede enfriar o frenar de golpe el boom de las hipotecas, como de hecho ha sucedido este mes de mayo, y por tanto precipitar un descenso de facturación para trabajos tan específicos como el de gestor hipotecario. Esa es la actividad principal de Garsa, una empresa referente en outsourcing bancario e inmobiliario con sede en Madrid y unos 1.000 trabajadores que pronto tendrá tan solo unos 700, ya que el pasado 14 de julio "y tras largas horas de negociación, a las 23:35h", según Comisiones Obreras, se cerró un ERE que contempla la baja de 320 personas, 80 menos que las 400 inicialmente propuestas por la empresa.
Los motivos, principalmente dos, los detalla a ON ECONOMIA Raúl Martín-Camuñas, director del área de Recursos Humanos de la empresa. "Una de ellas, y la de mayor peso, ha resultado de un área de la actividad muy deficitaria, la de Gestión de Activos. En segundo lugar, la motivada por la importante bajada de la actividad hipotecaria que lógicamente ha impactado en nuestra actividad", señala el portavoz de la empresa, que asegua que estas causas "han forzado a aplicar esta dolorosa medida con el fin de garantizar la viabilidad futura y salvaguardar los intereses del máximo número de personas trabajadoras".
El acuerdo fijó la indemnización por despido en 31 días por año trabajado con un máximo de 17 mensualidades, con un 70% de bajas voluntarias en el área de Gestión de Activos y un 25% en el resto de áreas, así como la protección para algunos colectivos para que no puedan ser afectados por el ERE. Los despedidos se quedarán en una bolsa de empleo durante 12 meses desde el último despido con tal de que puedan volver a ser contratados si la empresa necesita reforzarse de nuevo.
El área deficitaria, de gestión de activos inmobiliarios, movió en 2021, último año con datos disponibles en el registro mercantil, 7,1 millones de los 41,6 millones que facturó la compañía, o sea, un 17% de su facturación, proporción inferior al año anterior, el de la pandemia, cuando fueron 6,5 millones sobre uun total de 19. La facturació de la gestión hipotecaria, en cambio, creció un 50% al pasar de 22,4 millones a 33,7 en 2021, principal actividad del grupo y principal responsable de un aumento de la facturación del 44%, que sin embargo no consiguió que aumentaran los beneficios, que pasaron de 3,9 millones a 1,8.
Auge y caída de las hipotecas
Los préstamos hipotecarios sobre viviendas alcanzaron en 2022 las 463.614, cifras que no se veían desde 2017 y que supusieron un aumento del 10,9% respecto al año anterior, donde todavía coleaba la pandemia, que propició en 2020 una importante caída de las hipotecas.
Este 21 de julio, precisamente, se cumple un año de la primera subida de tipos del Banco Central Europeo, de un 0,50%, para contener la inflación, hasta llegar al 4% el pasado mes de junio. El efecto de la subida de tipos no fue inmediato en el descenso de las hipotecas, que durante el pasado año e inicios de este alternaron leves subidas y leves caídas interanuales. Pero el último mes de mayo podría marcar un punto de inflexión, tras una caída del 24% de préstamos hipotecarios por vivienda en relación al año pasado que es la más brusca de los últimos años.
En ese tiempo, los tipos de interés medio de las hipotecas han pasado a ser de un 3,15%, 1,34 puntos más respecto al mismo mes del año pasado, cuando era del 1,81%. La subida la han sufrido más las hipotecas a tipo fijo, que alcanzan un 3,74%, que las de tipo variable, que están al 3,22%, con el riesgo de seguir subiendo al menos hasta que el Banco Central Europeo decida frenar las subidas de tipos, decisión que no vendrá de inmediato, puesto que la presidenta Cristina Lagarde ya ha anunciado su intención de seguir subiendo los tipos. Son unos aumentos de intereses que invitan a pensarse un par de veces lo de pedir una hipoteca. Y, al parecer, los potenciales clientes de Gersa lo han hecho y un tercio de su plantilla lo ha acabado pagando.