Solo el 15% de los productos que se comercializan en Mercabarna provienen de Catalunya. Si vamos atrás, este porcentaje era del 53% en 1988, según el informe Acciones públicas para fortalecer Mercabarna en la alimentación sostenible del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA). En el mismo periodo, el empleo en el sector primario en Catalunya ha caído del 19,3% al 11,6%.

Las importaciones han crecido y las exportaciones ya representan un 35% del total en Mercabarna. Según el estudio publicado este viernes, Catalunya ha reducido a la mitad su autosuficiencia alimentaria en medio siglo y prácticamente un 60% de lo que se come proviene de otros territorios. La producción se dirige cada vez más a las exportaciones y el estudio muestra también que entre 2010 y 2020 las exportaciones se incrementaron un 45% en volumen y un 65% en valor.

Con respecto a los precios de los productos, estos han subido más de un 30% en cinco años en el Estado español.

Caída de los mercados municipales

El trabajo apunta a un fuerte declive de los mercados municipales, que en el momento de la puesta en marcha de Mercabarna representaban el 70% de las compras y actualmente solo suponen el 12%. Además, el informe señala que el papel de Mercabarna en el sistema alimentario no es de simple receptor, sino que influye en la configuración de la cadena de suministro, siendo importante "para la supervivencia del comercio alimentario tradicional". Además, añade, facilita la operatividad de los grandes mayoristas y operadores logísticos con capacidad de expansión global.

En este sentido, indica que desde los años 90, las cadenas privadas han crecido con centrales logísticas propias en la Zona Franca, operando con autonomía y priorizando economías de escala y productos globales. Eso ha hecho que Mercabarna se haya tenido que adaptar para seguir siendo competitiva. A pesar de todo, Mercabarna, con 600 empresas y dos millones de toneladas de alimentos comercializadas anualmente, es la principal infraestructura alimentaria del sur de Europa.

Medidas para iniciar un nuevo ciclo

Ante esta situación, IDRA propone una serie de medidas que permitan abrir un nuevo ciclo. Y es que valora que hay un campesinado activo en Catalunya, una ciudadanía cada vez más consciente y una infraestructura potente, pero lamenta que "el sistema alimentario no conecta la producción local, la distribución regional y el consumo urbano". Por eso, plantea la necesidad de desarrollar nodos logísticos descentralizados para conectar la producción local con el consumo metropolitano, impulsar la compra pública ecológica y de proximidad en comedores escolares, hospitales y otras instituciones públicas; más allá de incorporar cláusulas ambientales y de circuito corto a los contratos de alquiler de Mercabarna.

Con todo, el estudio afirma que es "urgente" una política alimentaria comandada por las administraciones públicas que sea capaz de regular el impacto social, económico y ambiental de los operadores privados. Para conseguir que Mercabarna se pueda convertir en un actor importante, competitivo y que se anticipe a las crisis, el informe plantea crear un consorcio científico asociado a Mercabarna e implementar un balance ecológico y social integral. Con respecto a las administraciones, también propone que impulsen un plan estratégico para la sostenibilidad y la economía local y una política de inversión orientada a la alimentación sostenible.