El sector agrícola catalán se mantiene a la expectativa del impacto que pueda tener el acuerdo arancelario entre la Unión Europea y los Estados Unidos por la desigualdad con la que deja a los productos de ambas regiones del mundo. Mientras que la mayoría de ventas europeas a Estados Unidos tendrán un arancel del 15%, la UE ofrecerá “acceso preferencial” a productos como los frutos secos y la fruta. La Asociación Empresarial de Fruta de Catalunya, Afrucat, cree que el efecto será mínimo a corto o medio plazo porque las exportaciones entre ambos mercados son poco significativas por ahora, pero los productores de frutos secos denuncian una pérdida de competitividad frente a los productores estadounidenses que ya les hacen la competencia, por ejemplo con la importación de almendra y nueces.

Frutos secos

Uno de los sectores afectados por el acuerdo arancelario es el de los frutos secos, que se mantiene a la expectativa de ver qué impacto tiene. No obstante, el jefe de la sectorial de Frutos Secos de Jarc, Xavier Cullerés, adelanta que, a corto plazo, les hará ser menos competitivos. “El mundo del comercio es el que es. Si te ofrecen producto de allí [Estados Unidos], barato y sin aranceles, es inevitable”, lamenta a ACN. 

En el caso de la almendra, las ventas a Estados Unidos no son relevantes en cuanto a kilos. En cambio, España es el principal comprador de almendras californianas de la Unión Europea. Según los datos provisionales del Ministerio de Economía del año pasado, el mercado español importó por un valor de 267,45 millones de euros, cifra que representa el 65% del total de almendras que el país compra en el exterior.

“La balanza es negativa para nosotros. Exportamos muy poco, pero, en cambio, importamos mucho de allí”, resume el jefe sectorial de Jarc. Ante ello, el sindicato agrario hace un llamamiento a los elaboradores y consumidores catalanes para que consuman productos locales y “minimicen” las compras a Estados Unidos. “Al final aquí tenemos producto bueno, de proximidad y que podemos aprovechar”, reivindica Cullerés.

Fruta

En declaraciones a ACN, el director general de Afrucat, Manel Simon, destaca que, a pesar de que las cosechas de fruta coinciden en el tiempo en Europa y en Estados Unidos, los elevados costes de transportar la fruta de un continente a otro hacen que no haya una presencia significativa de fruta de un mercado en el otro. “Somos competidores en otros mercados, pero no en nuestros mercados interiores”, resume.

Por este motivo, Simon prevé que las nuevas aplicaciones arancelarias no tengan un impacto “ni a corto ni a medio plazo”. Con todo, para el representante de la patronal de la fruta, este acuerdo constata que “hay diferentes sectores que se utilizan un poco como moneda de cambio, aunque seguramente de forma inteligente, porque hay algunos en los que no nos veremos penalizados”.

El director general de Afrucat admite que, de momento, no temen un impacto grave porque, en caso de que Estados Unidos empezara a vender más fruta en Europa, “ellos tienen un coste de producción más alto y, si añadimos el coste del transporte logístico, no serían competitivos con nosotros en la misma ventana de producción”. En cualquier caso, Simon no ve el acuerdo “sostenible” a largo plazo.

México y Canadá

Por otro lado, Afrucat ve la crisis arancelaria como una oportunidad de poder “atacar” a los vecinos comerciales de Estados Unidos y, por ello, quiere aprovechar el “malestar” de las relaciones comerciales de EE. UU. con México y Canadá para exportar manzanas y nectarinas por vía marítima a estos dos países, donde cree que los productores catalanes serían “más competitivos”.

Actualmente, EE. UU. exporta cada año 300 millones de kilos de manzanas a Canadá y 150 millones de kilos a México, y la patronal catalana cree que allí tendría mercado. Por este motivo, Afrucat lleva años reclamando al gobierno español “acelerar” los nuevos protocolos de exportación de manzana con México y, en el nuevo contexto, que se potencien los acuerdos que ya existen con Canadá.

Además de los frutos secos, la fruta fresca y las verduras, el acuerdo prevé que puedan entrar en Europa sin gravámenes productos norteamericanos como lácteos, carne de cerdo o alimentos procesados. En sentido contrario, los aranceles perjudican a otros sectores productivos catalanes como los del aceite o el vino, que hace años que han abierto mercado en Estados Unidos.