La política frena la inversión y la internacionalización de las empresas españolas, especialmente a las pymes, según ha denunciado este martes el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, en la presentación del informe sobre el Clima Empresarial en España. Sin embargo, el presidente ha reseñado la contradicción entre la percepción de los empresarios de cómo está la economía en general y la que tienen de su empresa. En este último punto, el informe —elaborado por Sigma Dos— destaca que ocho de cada diez empresas consideran que están en una buena posición y “están cumpliendo o mejorando las expectativas de evolución de su actividad en el conjunto de este año. E, incluso, algo más de la mitad se muestran optimista para el año próximo.

La contradicción entre la visión propia y la global queda patente cuándo se les pregunta por los riesgos que amenazan su actividad empresarial. Las respuestas se refieren a “riesgos concretos” y limitan considerable el impacto de los “riesgos generales”. Así, tan solo el 19,3% (no llega a una de cada cinco empresas) citan entre los tres principales riesgos “la incertidumbre por la situación política interna” (en relación con la inestabilidad política y la falta de consenso) y, en el caso de la “inestabilidad geopolítica global”, que incluye la guerra arancelaria y el encarecimiento de las exportaciones a Estados Unidos, tan solo muestra preocupación el 18,4%. Pero si se pregunta por los “riesgos” que atenazan la economía en general, colocan en primer lugar “la situación socioeconómica en España”, que ha señalado el 41% de las empresas entrevistadas.

Impuestos y costes laborales

Las percepciones cambian, y mucho, en referencia a las medidas concretas derivadas de las políticas económicas públicas. Así, la mayor preocupación de los empresarios cuando se les ha preguntado —finales de agosto y principios de septiembre— es el incremento de los costes laborales (40,6% de las empresas que han participado en el trabajo); seguido de la escasez de mano de obra (38,7%) y la elevada presión fiscal (35,6%). Una cuarta “dificultad” no es achacable a la política económica, al menos de forma directa, pues señalan el incremento de los costes en los suministros (27,4%), pero la quinta tiene una clara relación con la actividad legislativa: presión regulatoria, normativa excesiva, compleja y la alta burocracia, con tramitación administrativa, que preocupa al 20% de las empresas encuestadas. Tras ellas, la incertidumbre política y la incertidumbre internacional.

A cierta distancia, aparecen problemas ligados a la propia actividad empresarial: debilidad de la demanda (16%); morosidad (8%) y problemas financieros y de liquidez (6,4%).

“Política incoherente”

Bonet reseña estos tres primeros problemas y destaca “una política incoherente de lo que necesita la economía española”. En 50 años se ha dado un salto en la economía española, ha declarado, que “lo han dado las empresas y algo menos la cooperación pública-privada. Y ha ido mejor cuando se ha trabajado con consenso político”. Y ha denunciado que actualmente hay una “”política de hostigamiento al mundo empresarial, a veces desde un punto de visto ideológico. Se deben apoyar que haya más empresas y mejores empresas”.

Bonet ha remarcado que España tienen una economía que va bien, con un turismo que arrastra la actividad en general. Aunque le preocupa que haya un “70% de economía que renquea”, porque la política económica no está a favor de las empresas, especialmente de pymes. “Se encuentran atosigadas y no realizan los deberes, no invierten, no se internacionalizan, porque no pueden, porque les atosigan con impuestos y cotizaciones. Y España es un país de pymes que están esperando que esto cambie algún día, para invertir e internacionalizarse. Pero la política no los acompaña en esto”, ha concluido el presidente del Consejo General de Cámaras de Comercio.