El economista estadounidense Ben Bernanke, galardonado este año con el Nobel de Economía, advirtió este jueves de la necesidad de aumentar la regulación de la denominada banca en la sombra o paralela (intermediarios financieros no bancarios) para evitar futuras crisis económicas. "Mi percepción es que después de la crisis y la gran recesión de 2007-2009 se ha hecho un gran progreso en la regulación (del sistema bancario), en particular con los bancos comerciales (...) Mi preocupación es que en la banca en la sombra, que fue la fuente original de la crisis, ha habido cambios, pero no los suficientes", afirmó en su discurso de aceptación del premio.

Ben Bernanke, quien fue presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos entre 2006 y 2014, ha sido premiado con el Nobel de Economías junto con Douglas Diamond y Philp Dybvig por sus investigaciones sobre los bancos y las crisis financieras, trabajos que han reforzado el conocimiento sobre estas instituciones, su regulación y cómo gestionar las grandes recesiones.

Bernanke resaltó que esa falta de regulación es un "problema" y que quedó de manifiesto en la "muy breve pero aguda" crisis financiera de marzo de 2020, causada sobre todo por esos intermediarios como fondos monetarios o bancos de inversiones. La crisis de la primera década de este siglo fue provocada sobre todo por el "pánico financiero", recordó Bernanke, aludiendo a que aunque las hipotecas de alto riesgo no constituían un activo grande por sí mismas, la incertidumbre sobre quiénes estaban expuestos a ellas atemorizó a la banca paralela y, en parte, a la comercial, sobre todo tras el colapso de Lehman Brothers.

Douglas Diamond y Philp Dybvig

"Evitar futuras crisis requiere una regulación financiera efectiva para asegurar que los prestamistas están sanos y salvos y los prestatarios no están desbordados. Un enfoque macroprudencial o de todo el sistema dirigido a la regulación puede identificar mejor las amenazas en ciernes", afirmó en un acto celebrado en la Universidad de Estocolmo. Bernanke ha sido distinguido por mostrar que la causa principal de la Gran Depresión de la década de 1930 fue la reducción de la capacidad del sistema bancario para canalizar los ahorros en inversiones productivas.

Diamond y Dybvig desarrollaron de forma conjunta un modelo teórico que explica cómo los bancos crean liquidez para los ahorradores, mientras los prestatarios pueden acceder a financiación a largo plazo. Ese proceso de intermediación de los bancos muestra también su fragilidad ante posibles rumores que pueden provocar retiradas masivas de efectivo, de ahí la necesidad de que los gobiernos garanticen los depósitos. "Para que el sistema funcione es necesario que los bancos sean grandes, estén diversificados y no se expongan a los riesgos del conjunto de la economía", sostuvo hoy Diamond en su intervención. Dybvig, por su parte, incidió en el modelo desarrollado en su día con su colega, que les valió el Nobel a ambos, para explicar que aun cuando los bancos puedan estar "sanos", siempre puede haber en ellos un buen equilibrio (los clientes solo retiran el dinero en caso de que lo necesiten) y uno malo (pánico bancario). "El papel de los seguros de depósitos y otras instituciones es eliminar ese mal equilibrio", defendió Dybvig.

El sistema financiero, a salvo

El estadounidense Philip Dybvig sabe que la economía mundial atraviesa por “problemas”, pero no ve indicios de que el sector bancario los tenga, al menos en Estados Unidos, por lo que no espera una crisis financiera en su país. El economista de la Universidad de Washington en St. Louis habló con Efe sobre el momento de incertidumbre en la economía mundial, entre otros factores por la guerra en Ucrania, la crisis energética o la escalada de la inflación.

Aunque le preocupan "algunas de estas cuestiones”, el nuevo premio nobel no ve “indicios, al menos en Estados Unidos, de que el sector bancario tenga problemas en este momento. No espero una crisis financiera”. Hay muchos países donde la regulación y el sistema financiero “no tienen el mismo nivel de sofisticación que tenemos en este momento en Estados Unidos y probablemente haya lugares que tienen problemas, pero no soy realmente un experto en ellos”.

“Las criptomonedas son un lío”

Sobre los aspectos que le preocupan de la actual coyuntura, señala la inflación, pero insiste en que “honestamente” esos temas están “un poco alejados” de su área de especialización. De lo que sí habla es del convulso mundo de las criptomonedas, en el que el colapso de la plataforma FTX, declarada recientemente en bancarrota, ha provocado pérdidas de valor en otras similares.

El mundo de las criptomonedas es “un lío”, aseguró Dybvig, aunque en este momento “no es lo bastante grande como para representar un problema para la economía”. De todas maneras, los reguladores tienen que ver cómo las regulan y “no darles un pase libre” que les permite hacer cosas que “ponen en riesgo el dinero de los pequeños inversores”. Si las criptomonedas son “una especie de valor y una especie de inversión”, deberían estar reguladas como las demás inversiones y, si se trata de un criptobanco, debería estarlo como un banco, consideró.

Recibirán el premio este sábado

Los tres agraciados con el Nobel de Economía, Bernanke, Diamond y Dybvig, recibirán este sábado en una ceremonia en el Konserthus de Estocolmo (capital de Suecia) su premio, al igual que el resto de galardonados en Medicina, Química, Física y Literatura. Horas antes se celebrará en el Ayuntamiento de Oslo (capital de Noruega) otro acto similar para los ganadores del Nobel de la Paz, una tradición que obedece a la voluntad del creador de los premios, el magnate sueco Alfred Nobel (1833-1896), ya que en su época Noruega formaba parte del Reino de Suecia. Todos los premios están dotados este año con 10 millones de coronas suecas (917.000 euros o 962.000 dólares), a repartir en caso de que haya varios galardonados en una misma categoría, como ha sucedido este año con el galardón de economía.