Alquilar un piso se ha convertido en una misión casi imposible, especialmente en grandes ciudades como Madrid y Barcelona donde el precio supera los 20 euros por metro cuadrado, o sea, 1.000 euros el piso de 50 metros cuadrados. En un país con una gran brecha salarial entre edades en la que los jóvenes ganan mucho menos, el objetivo es más complicado aún para quienes se enfrentan al alquiler de una vivienda por primera vez. Aunque hace unos meses el Gobierno español aprobó una nueva ley de vivienda que pretendía regular los precios para que bajara el alquiler en las zonas donde es más caro, a día de hoy todavía no se aplica y, mientras tanto, los propietarios afectan que el efecto es el contrario: la oferta ha caído y los precios siguen subiendo. En esta jungla de cemento donde prevalece la ley del más fuerte, existen algunos consejos que te pueden ayudar a que, al menos, no te lleves un susto. Si es la primera vez que alquilas un piso, es importante que estés alerta. 

En primer lugar, y esto sí que se lo debemos a la nueva ley de vivienda, es importante que no te la cuelen (que no intenten cobrarte) con los honorarios y gastos de contratos. Pese a que la nueva ley recoge que son los propietarios quien deben asumir estos gastos desde que se aprobó la nueva ley, hay agencias y propietarios que todavía intentan cargar con este pago a los inquilinos, que antiguamente sí que se hacían cargo de este pago. Si por lo que sea, y en contra de la ley, te hacen pagar los honorarios, guarda pruebas porque tienes todas las de ganar. 

Dos: comprueba bien que quien te alquila el piso es el propietario o un intermediario habilitado, advierten desde el Sindicat de Llogateres. Existen mafias y estafadores que te piden fianzas urgentemente para reservarte un piso sin ni siquiera habértelo enseñado. Desconfía, especialmente si el piso es maravilloso y el precio una ganga, porque puede que no vuelvas a ver ese dinero. 

En tercer lugar, es importante comprobar el estado del piso que alquilas. A veces, con la emoción del momento, uno queda deslumbrado por detalles como una buena terraza, una habitación amplia o una buena iluminación, y no se fija en una ducha que no funciona, una cocina en mal estado o un agujero en una puerta. Es importante hacer fotos de todo el piso y sobre todo de esos detalles que no están en buen estado, porque nos servirán en dos supuestos: si el propietario quiere que paguemos una reforma o si, cuando abandonemos el piso, nos quieren descontar el coste de los desperfectos de la fianza. Si existen discrepancias sobre las condiciones del alquiler, es importante que queden por escrito.  

En cuarto lugar, una vez ante el contrato de alquiler, hay que leerlo detenidamente y comprobar que figuran en él todas las condiciones del alquiler, el precio, la duración, quién se hace cargo de reformas u obras, y deben aparecer también dos documentos importantes: la cédula de habitabilidad y el certificado de eficiencia energética. 

Con respecto al precio del alquiler, la regulación de precios que prevé la nueva ley aún no se aplica, pero puedes consultar algunos varemos para comprobar que no te cobran más de la cuenta. Uno de ellos es el índice de referencia que está en la web de la Agència de l'Habitatge y será el precio promedio que se tendrá en cuenta para poner el tope a los precios del alquiler. Puede servirte para hacerte una idea de lo que deberías pagar. Portales como Idealista también publican frecuentemente el precio medio de alquiler por metro cuadrado por ciudades e incluso por barrios. 

El sexto consejo es el de no aceptar un contrato de vivienda temporal si lo que quieres es una residencia permanente. Más que nada, porque es ilegal, pero algunos propietarios hacen la trampa de poner en el contrato que el inquilino estará de manera temporal en la ciudad aunque no sea cierto. Este es el único supuesto en el que se puede firmar un contrato de vivienda temporal, cuando el inquilino realmente tan solo se plantea estar un tiempo residiendo en la ciudad. La ley deja claro que el contrato de temporada está pensado para inquilinos que residirán de forma temporal en el municipio.  

Si no es así, pero igualmente el propietario te hace este tipo de contrato, es importante que guardes pruebas porque, una vez acabe tu contrato de temporada, tienes todos los números para poder quedarte a vivir de manera permanente o, si es necesario, a vencer en un juicio contra el propietario.