El globo aerostático fue inventado el año 1783 por los hermanos Joseph y Jacques Montgolfier. Aquel primer globo estaba construido con tela y papel y más de 130.000 personas quedaron fascinadas cuando vieron la aeronave aerostática no propulsada sobrevolar Versalles. Luis XVI, Maria Antonieta y la corte francesa presenciaron el momento y los primeros tripulantes del globo fueron un gallo, una oveja y un pato. Desde sus orígenes, el globo ha variado poco. Han cambiado los materiales, que ahora son más ligeros y los combustibles son más efectivos, pero la esencia es la misma, ya que desde su invención mantiene sus tres elementos principales: la vela, el sistema de combustible y la cesta.

Ultramagic, una empresa de Igualada fundada el año 1983, es el único fabricante de España y el segundo mayor fabricante del mundo de globos aerostáticos de aire caliente. Los orígenes de la empresa se remontan a 1978, cuando los amigos Josep Maria Lladó, Jaume Llansana y Joan Comellas, empezaron a volar con globo, al cabo de poco diseñaron y construyeron una aeronave ultraligera y posteriormente fue cuando crearon la compañía.

Un globus aerostàtic sobrevolant el cel 
Múltiples globos aerostáticos sobrevolando el cielo

¿Cómo se hace un globo?

La creación de un globo empieza por el envoltorio o vela, y Ultramagic utiliza telas de poliéster y nylon para hacer sus globos. Estas telas están recubiertas de silicona para que sean resistentes al calor, a bajas temperaturas y, especialmente, para que sean duraderas. Para crear la vela cortan las telas  en forma de tira, que posteriormente irán cosiendo para acabar construyendo el globo entero. Este proceso se puede hacer tanto a mano como a máquina con una cortadora láser, y puede alargarse más de una semana.

En la empresa hay 20 costureras, que son uno de los pilares fundamentales de la compañía, ya que el bordado es un elemento clave que influye directamente en la calidad final del globo.

Otro elemento principal son los quemadores o sistemas de combustibles. Los globos más pequeños cuentan con un par de quemadores, mientras que los más grandes tienen cuatro. Al igual que con la vela, se hacen varias pruebas de gas, se aseguran de que no hay escapes, lo encienden varias veces y hacen todas las comprobaciones para ver cualquier defecto que podría afectar al globo o el vuelo.

Finalmente, está la cesta. En Igualada lo hacen todo a mano, cesta a cesta, y con un riguroso trabajo en equipo. Desde el inicio de la cesta hasta que está lista pasan un par de meses, y trabajan de manera paralela y coordinada con la creación de la vela. El material que utilizan es el ratán, porque es práctico, flexible y duradero. Además, también es resistente en caso de un aterrizaje brusco.

 

Controles y pruebas de resistencia

El último elemento del globo son los cables, que se entrelazan con la cesta y la vela para que todo quede bien tensado y cogido. Una vez está listo, queda revisar el globo por completo antes de salir a volar. Para hacer todas las comprobaciones se hincha el globo, se buscan los defectos, errores y otras imperfecciones que pueda haber y se reponen. Después de hacer todas las verificaciones y de asegurar el globo aerostático, se encienden los quemadores y se acaban de hacer los últimos controles para que esté listo para volar.

Como una ruptura de la vela puede acabar en tragedia, los fabricantes someten las telas a pruebas de resistencia. Pero no lo hacen exclusivamente con la copa del globo, sino que también comprueban varias veces la resistencia de las cestas y los sistemas de combustible. Adriana Lladó, ingeniera aeroespacial y una de las hijas del fundador de Ultramagic, explica a ON ECONOMIA que "todas las partes del globo tienen que estar perfectamente alineadas para que pueda volar sin problemas". Una vez está todo montado y comprobado, el globo puede empezar a volar y puede llegar a pesar más de una tonelada.

Producción anual de un centenar de globos

Con una producción anual de entre 80 y un centenar de globos, Ultramagic exporta cerca del 80% de su fabricación a más de 60 países de todo el mundo, entre los cuales destacan diferentes países europeos, los Estados Unidos y Japón. La compañía tiene una sesentena de trabajadores y, para elaborar un globo entero tardan entre 4 semanas y un par de meses, todo en función del tamaño.

Con respecto al precio, el envoltorio representa el 50% del coste de un globo y, como más grande sea, más tela se necesita y, de rebote, el precio también será más elevado. Para hacer un globo pequeño, con capacidad para dos o tres personas, el precio ronda los 30.000 euros, mientras que para los globos más grandes, con capacidad de hasta 32 personas, su coste puede escalar hasta los 150.000 euros. Sin embargo, siempre dependerá del cliente, ya que si buscan un globo personalizado o con un diseño específico, también se verá traducido en el precio.

European Balloon Festival

Paralelamente, Igualada es la sede del European Balloon Festival, la concentración de globos más importante de España y del sur de Europa y se celebra cada julio desde el año 1997. El festival reúne durante cuatro días a más de 25.000 espectadores y más de 50 globos aerostáticos de todo el mundo pintan el cielo de la capital de l'Anoia. Los vuelos, tanto los de competición como los de exhibición, se hacen a primera hora de la mañana y por la noche, buscando siempre horarios en los que las condiciones meteorológicas sean las más favorables.