El sistema de formación profesional en Catalunya da un paso decisivo con la nueva convocatoria de subvenciones abierta por el Consorcio para la Formación Continua, dependiente del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat. Con un presupuesto inicial de 9,5 millones de euros, que se previene ampliar hasta los 13 millones, el objetivo es financiar programas formativos dirigidos específicamente a la obtención de certificados profesionales, una herramienta clave para la calificación de los trabajadores y la competitividad de las empresas catalanas.

Esta convocatoria se enmarca dentro de una estrategia global mucho más amplia. Para el año 2026, el Consorcio destinará un total de 63,6 millones de euros a todos sus programas de formación y orientación, con la previsión de llegar a unas 145.000 personas trabajadoras ocupadas. La refleja la apuesta de las administraciones y los agentes sociales por la formación como eje vertebral de la resiliencia económica. En un mercado laboral en constante transformación, los certificados profesionales se consolidan como credenciales esenciales. Estos documentos no son simples títulos; acreditan oficialmente que la persona que los obtiene posee los conocimientos, las habilidades y las aptitudes necesarias para desarrollar una actividad laboral específica, garantizando así un nivel de competencia alineado con las exigencias reales de los sectores productivos.

La gran ventaja para la persona trabajadora es que esta formación es completamente gratuita, está abierta a todos los sectores profesionales y se ofrece en varias modalidades (presencial, teleformación y aula virtual), facilitando así la conciliación con la vida laboral. Esta convocatoria no se puede entender sin el contexto de la profunda reforma del sistema de formación profesional. El nuevo modelo se basa en una oferta modular y acumulable, que permite a los ciudadanos diseñar itinerarios personalizados según sus necesidades y ambiciones profesionales. La estructura se vertebra en grados (A, B, C, D y E), que indican la amplitud y la complejidad de la formación. Dentro de este ecosistema, el Consorcio subvenciona:

-Grados B: Son acciones formativas parciales, más cortas y de carácter teórico, dirigidas a la obtención de un certificado de competencia. Actúan como fichas modulaste; acumulando varios certificados de grado B y completando un módulo de formación en empresa de 80 horas, se puede alcanzar un grado C.

-Grados C: Se trata de una formación completa y de larga duración, que conduce a la obtención de un certificado profesional entero. Se caracteriza por su ejecución en modalidad dual (combinando formación y práctica en la empresa). Estos certificados, a su vez, pueden servir para acreditar módulos dentro de un grado D (ciclo formativo de grado medio o superior).

Además de estos grados, la convocatoria también incluye formación para la adquisición de competencias básicas (como lenguas) y complementos formativos esenciales, como idiomas según el Marco Europeo Común de Referencia (MECR) o prevención de riesgos laborales. La convocatoria de certificados profesionales es solo una pieza del mosaico. El Consorcio complementa esta oferta con dos programas clave:

-Formación sectorial y transversal: Con un presupuesto de 36 millones de euros, pretende calificar a unas 115.000 personas en habilidades específicas de los sectores y competencias transversales aplicables a cualquier ámbito profesional.
-Programa Proyéctate: Una convocatoria ya abierta de orientación profesional, dotada con 14,6 millones de euros, que tiene como objetivo asesorar 10.000 trabajadores ocupados para que puedan trazar y ejecutar sus planes de carrera dentro de la empresa o en nuevos retos profesionales.

El Consorcio para la Formación Continua de Catalunya no es solo una entidad administrativa; representa una alianza estratégica entre la Generalitat y los agentes sociales más representativos (UGT, CCOO, Pimec y Foment del Treball). Desde su creación en el 2004, su misión ha estado clara: garantizar que las personas trabajadoras en activo no solo conserven su trabajo, sino que progresen profesionalmente, a la vez que se contribuye a la competitividad y la innovación de las empresas catalanas mediante la capacitación de sus equipos.