Los primeros cien días de Donald Trump en la presidencia se saldan con una contracción del 0.3% en el PIB de los Estados Unidos en el primer trimestre en relación con el cierre del año y de un 0,1% comparado con el mismo periodo del año anterior, primer dato en negativo desde 2022. En su reacción a las cifras, Donald Trump no solo ha negado que los aranceles tengan algo que ver en el freno económico, sino que además ha culpado a su antecesor en el cargo, Joe Biden.
"No tiene nada que ver con los aranceles, solo que (Biden) nos dejó con malas cifras, pero cuando comience el auge, será como ningún otro. ¡¡¡Tengan paciencia!!!", ha dicho Trump en su red social, Truth Social.
El país cerró 2024 con un crecimiento del 2,4% y ahora los datos preliminares de la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos muestran el primer freno en los últimos tres años, ya que en el primer trimestre de 2022 la economía retrocedió un 1%.
"La disminución del PIB real en el primer trimestre reflejó principalmente un aumento de las importaciones, que se consideran una sustracción en el cálculo del PIB, y una disminución del gasto público", explicó la agencia estadística.
Desde que a principios de abril Trump anunció que impondría aranceles a discreción a todos los sectores de economía con diversos niveles en función del país, los mercados han sufrido diversas sacudidas y varios estudios apuntan que la economía mundial podría resentirse. De hecho, el pasado 22 de abril el FMI pronosticó un crecimiento del 2,8%, medio punto por debajo de su pronóstico anterior. Para Estados Unidos, el FMI previó un crecimiento del 1,8% en 2025 frente al 2,7% anunciado anteriormente y también rebajó del 2,1% al 1,7% su previsión para 2026.
Después, Trump ha variado su posicionamiento con respecto a los aranceles, de hacerlos entrar en vigor a dejarlos en suspensión en casi todo el planeta excepto en China, donde la tensión comercial crece con la respuesta del país asiático.
El primer retroceso parece empezar a hacerse realidad en el país protagonista y donde puede tener un mayor efecto, si bien la economía estadounidense también podría recoger algún impacto positivo de las inversiones locales anunciadas por algunas empresas, que apuestan por desarrollar producción para evitar el precio añadido de las importaciones. Durante el periodo las importaciones han aumentado un 41,3%, efecto que puede estar relacionado con que las empresas hayan adelantado sus envíos para evitar los aranceles.
El gasto de los consumidores, un dato clave para la economía estadounidense, creció un 1,8 % en el primer trimestre del año, pero por debajo del nivel de los seis meses anteriores.
Los datos se conocen poco después de la publicación de la balanza comercial, con un récord de déficit comercial de 161.985 millones de dólares (142.370 millones de euros), lo que representa un incremento del 9,6% respecto del déficit de febrero y del 74,6% en un año. Las importaciones sumaron 342.746 millones de dólares y las exportaciones 180.761 millones de dólares, desequilibrio que busca combatir con los aranceles y con las negociaciones abiertas para pactar una solución.