El gasto público y las exportaciones han sido los motores del país en los últimos años, pero la economía de Catalunya vive un cambio de tendencia. El gasto privado, es decir, el que realizan los hogares y familias, y la inversión de las empresas, están repuntando y han tomado el relevo de las administraciones, que siguen creciendo, pero menos que en años anteriores, y del sector exterior, que este año cae tras un 2024 de récord, en el que Catalunya superó los 100.000 millones de euros en exportaciones.
Esta es una de las principales conclusiones del Informe de Coyuntura de la Cambra de Comerç de Barcelona, que ha revisado a la baja el PIB catalán para este año y ha mantenido la previsión del 2,4% para 2026. La rebaja para este 2025, sin embargo, es solo de una décima, del 2,7% al 2,6%, porque no tiene en cuenta los efectos de los aranceles, ya que todavía no se conoce cómo quedarán. Si Estados Unidos aplicara finalmente un gravamen del 30% a las importaciones provenientes de la Unión Europea, “el impacto sería muy significativo”, ha dicho Joan Ramon Rovira, jefe del Gabinete de Estudios Económicos de la Cambra.
El informe observa “un cambio en el patrón de crecimiento por el lado de la demanda, y es muy significativo: el consumo privado y la inversión empresarial toman el relevo del consumo público y las exportaciones como principales motores de la demanda”, ha explicado. El empleo público sigue creciendo, pero menos que el privado, aunque todo el empleo muestra cierta desaceleración tras años de un crecimiento importante.
El sector exterior también empieza a frenarse, tanto en lo que respecta a las exportaciones, que caen en volumen (toneladas) y en valor (euros), como en el turismo. “Los turistas extranjeros ya han superado los niveles prepandemia, pero empiezan a desacelerarse. El gasto también se desacelera, cuando debería subir, por el incremento del IPC”. Los visitantes de países como Alemania y Estados Unidos bajan significativamente desde principios de año. No obstante, la Cambra no es pesimista respecto a la evolución del turismo, ya que está aumentando el grado de ocupación en temporada baja. Esto “es una señal positiva, significa que hay una oportunidad para hacer crecer el turismo”.
La mejora del consumo y la inversión
El cambio de patrón de crecimiento se basa sobre todo en la mejora del consumo privado. Por un lado, la Cambra destaca que los niveles de ahorro de las familias, que están en el 13%, “muy por encima de la media histórica”, están empezando a bajar. “Si pasara del 13% al 10% dinamizaría mucho la economía de Catalunya. Creemos que se irá moderando y tendremos un impacto positivo en el consumo privado por esta vía”, ha valorado Rovira.
En cuanto a la inversión privada, la de las empresas, sube por diversos factores. Uno es que los beneficios empresariales se han recuperado con mucha fuerza desde la pandemia, más que la inversión. Otro es que las empresas no están endeudadas, por lo que pueden invertir más. Además, la inversión productiva por trabajador, que se frenó unos años, ahora repunta, lo que indica cierta mejora de la productividad.