La ofensiva comercial lanzada por la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, contra la Unión Europea ha mostrado sus primeras y contundentes consecuencias para la economía catalana. Las exportaciones de Catalunya a Estados Unidos se desplomaron un 30,9% el pasado agosto en comparación con el mismo mes de 2024, alcanzando un valor de 223,6 millones de euros. Este descenso abrupto coincide en el tiempo con la entrada en vigor, el pasado 7 de agosto, de los polémicos aranceles estadounidenses a los productos comunitarios, con una tasa base del 15%.

Los datos, publicados por el Ministerio de Economía, pintan un escenario complejo para el comercio exterior catalán. La relación comercial con el gigante norteamericano se ve afectada en ambos sentidos: no solo se exportaron menos productos, sino que las importaciones desde Estados Unidos también experimentaron un susto histórico, con una caída del 52,4%, hasta los 240,5 millones de euros. Esta cifra refleja, probablemente, la incertidumbre y la contracción de la demanda en ambos lados del Atlántico.

El mes de agosto de 2025 quedará marcado en los análisis económicos como el inicio efectivo de una nueva y peligrosa fase en las relaciones transatlánticas. Desde la Casa Blanca, Trump justificó estas medidas como una herramienta para "reequilibrar" el déficit comercial de Estados Unidos. Su amenaza de elevar las tasas hasta un 30% en caso de no llegar a un acuerdo con los Veintisiete puso en alerta máximas a las cancillerías europeas y las confederaciones empresariales.

Este entorno de tensión ha resultado ser un verdadero choque tóxico para sectores catalanes altamente internacionalizados. Aunque el texto original no detalla qué productos concretos se han visto más afectados, es plausible que sectores como la automoción, los productos químicos especializados, los bienes de equipo o incluso algunos productos agroalimentarios de gama alta hayan sido alcanzados de lleno por estos aranceles, perdiendo competitividad en un mercado clave.

El mapa del comercio catalán se redibuja

La sacudida norteamericana no es el único frente abierto. El análisis de los datos por regiones revela un reajuste global de los flujos comerciales catalanes.

  • Unión Europea: A pesar de seguir siendo el principal cliente, con ventas por 3.762,3 millones de euros, la exportación a la UE retrocedió un 1,7%. Se registran caídas significativas en mercados tan relevantes como Austria (-33,1%), los Países Bajos (-11,9%), Italia (-7,9%), Francia (-1,4%) y Alemania (-0,7%). Esta debilidad generalizada en el corazón de Europa apunta a una ralentización sincronizada de las economías del continente.
  • Resto de Europa y Asia: La tendencia negativa se repite, con descensos del 6,3% y del 2,8%, respectivamente. La desaceleración económica de China (-7,7%) y la India (-4,5%) pesa como una losa sobre las exportaciones catalanas hacia esta región. Llama especialmente la atención el caso de Israel, donde las ventas se desplomaron un 48%, un descenso que podría estar ligado a la inestabilidad geopolítica recurrente en Oriente Medio.
  • África: En un contexto generalizado de contrabalanceo, África emerge como el destino de mayor crecimiento, con un incremento del 14,2% en las exportaciones, que alcanzaron los 334,9 millones de euros. Esta cifra sugiere una exitosa estrategia de diversificación de mercados y la apertura de oportunidades en economías con un gran potencial de crecimiento.

La fotografía del continente americano es un paradigma de las dos realidades. Mientras el norte se cierra con aranceles, América Latina abre sus puertas. Gracias a los espectaculares aumentos en países como Panamá (+1.452%), Brasil (+22,6%) y México (+12,1%), el conjunto de las ventas catalanas en el continente americano creció un 12% en agosto. Este boom compensa en parte, aunque no del todo, el agujero negro abierto por Estados Unidos, y consolida América como el segundo destino más importante, por detrás de la UE. Un análisis sectorial permite identificar cuáles son los pilares que están aguantando el tipo en este entorno adverso:

  • Sector químico: Mantiene el liderazgo absoluto con 1.916,8 millones de euros, a pesar de registrar un leve retroceso del 1,2%. Su gran dimensión y diversificación lo convierten en un estabilizador esencial.
  • Alimentación, bebidas y tabaco: Con 1.282,1 millones, creció un 1%. La demanda de productos de alimentación es menos elástica a los ciclos económicos, lo que le confiere una cierta resiliencia.
  • Bienes de equipo: Fue el gran positivo de los sectores principales, con un sólido avance del 6,2% hasta los 1.102,1 millones. Este crecimiento indica que la demanda de maquinaria y equipamiento catalán sigue fuerte en determinados mercados.

En el conjunto del año (enero-agosto), las exportaciones catalanas muestran un crecimiento anémico del 1%, con un valor acumulado de 66.763,4 millones de euros. El hecho más preocupante es el hundimiento del déficit comercial, que en los primeros ocho meses de 2025 se disparó hasta los 9.743 millones, muy por encima de los 7.291 millones del mismo período de 2024. Esta ampliación del déficit refleja que, si bien las exportaciones se estancan, las necesidades de importar (posiblemente energía y bienes intermedios) siguen siendo elevadas. La situación en el Estado español no es mejor, con una caída de las exportaciones del 9,3% en agosto, corroborando que se trata de un fenómeno generalizado.

En conclusión, agosto de 2025 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la economía catalana ante las decisiones unilaterales en geopolítica y el contexto de frenazo del comercio global. La fuerte dependencia de mercados tradicionales como Estados Unidos y la UE se ha revelado como un punto débil. El reto inmediato para las empresas exportadoras y las instituciones será acelerar la diversificación hacia mercados emergentes, como los de América Latina y África, al tiempo que se presiona para una solución negociada al conflicto comercial transatlántico que evite un daño estructural a largo plazo.