La incertidumbre geopolítica y económica que se ha establecido en el mundo con la política económica que quiere aplicar el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, debe verse desde la Unión Europea como una oportunidad para desarrollar nuevas políticas y afrontar los cambios que se prevén. Esta es una de las recetas que se han propuesto, este martes, en el marco de la celebración de la cuadragésima Reunión del Cercle d'Economia, en Barcelona. 

La mesa de debate Perspectivas de la economía global: visiones desde europa y desde Estados Unidos, en la que han participado Francisco Blanch, director gerente del Bank of America, y Pablo Hernández de Cos, próximo director del Banco de Pagos Internacionales (BPI) y exgobernador del Banco de España, ha incidido en las consecuencias económicas de las políticas Trump, más allá del impacto del nuevo orden comercial internacional que generará la aplicación de aranceles a la mayor parte de los países que comercian con los Estados Unidos.

Ambos directivos han coincidido a explicar que la diferencia en el crecimiento económico entre la Unión Europea y los Estados Unidos se centra, entre otros aspectos, en el capital, en la productividad y en el avance tecnológico que posee la economía americana. Para dar respuesta a esta situación es válido el informe Draghi, ha insistido Hernández de Cos. Por su parte, ha explicado que la diferencia entre el crecimiento de las economías europea y estadounidense en los últimos 20 años es el capital y la productividad, ya que EE.UU. "ha añadido muchísima deuda", mientras que Europa ha hecho lo contrario y ha sido muy tímida con la deuda, ha dicho. Sin embargo, considera que este mayor crecimiento ha creado debilidades, con más desigualdad y más polarización política.

Eliminar las barreras al comercio intraeuropeo

Hernández de Cos ha recordado que la Unión Europea ha perdido niveles de productividad; no únicamente respecto a los Estados Unidos, sino también entre los países miembros. El exgobernador del Banco de España ha citado la situación actual de Alemania y ha mencionado que España no únicamente ha perdido productividad ante los EE.UU. sino también dentro de Europa, respecto a países como Alemania. 

Hernández de Cos ha reconocido que aún hay barreras entre los Estados miembros que, en la industria manufacturera son del 40% y en el sector servicios llega al 110%, según un informe del Fondo Monetario Internacional que ha intentado poner cifras a las barreras que persisten entre los diversos países de la UE y que castigan el comercio intraeuropeo. De Cos ha dicho que, pese a apostar por el comercio dentro de sus fronteras, la Unión Europea "no puede ni debe renunciar" al multilateralismo y a la globalización comercial.

También ha mencionado el fomento de la inversión público-privada, destinando recursos de manera eficiente y suficiente en infraestructuras y sectores productivos. Ha insistido en la necesidad de acrecentar la unión bancaria. 

Más pragmática en materia energética

Por su parte, el director gerente del Bank of America, Francisco Blanch, ha explicado que Europa necesita una política más pragmática y menos dogmática en materia energética, por ejemplo. El experto en finanzas ha repasado el mercado energético europeo que se ha visto afectado por la guerra entre Rusia y Ucrania, de tal manera que, en los últimos años, ha pasado de importar el 50% de la energía (gas y carbón) de Rusia a pensar que en 2027 dejará de depender el mercado ruso.

Según Blanch, esta decisión puede convertirse en un "autocastigo", porque ya en los últimos tres años dejar de importar la energía de Rusia "nos ha costado muy caro, con un importante incremento de los precios; un impacto que va directamente, entre otros aspectos, a frenar la reindustrialización". En este sentido, Blanch ha apostado por una política enérgica y de materias primas que no pase factura a Europa y que permita alcanzar la seguridad, el abastecimiento y el almacenamiento energético necesario.