¿Vacaciones, artículos del hogar como muebles o electrodomésticos o coche? El Banco Central Europeo (BCE) está muy interesado en conocer en qué prefieren gastar su dinero los europeos cuando se trata de un gran desembolso. Y la prioridad son las vacaciones, que ganan por goleada. Pero esto no fue siempre así. Antes de la pandemia, el 30% de los hogares europeos declaraban que en los próximos doce meses realizarían un gasto en vacaciones y otro 30% en artículos del hogar. Sin embargo, el confinamiento generó un deseo de vacaciones que se dejó notar a partir de enero de 2021: en ese mes, las preferencias se distanciaron claramente en favor de las vacaciones. En julio de 2021, el porcentaje de hogares que se decantaban por las vacaciones se elevó al 38%, mientras que los artículos del hogar caían al 21%.
Así se concluye de la Encuesta de Expectativas de Consumo que realiza periódicamente el BCE con el fin de monitorizar las tendencias del consumo para ir pronosticando la posible evolución de la inflación. Desde la Dirección General de Economía del Banco de España señalan que tras la pandemia se consideró que este cambio de preferencias a favor de las vacaciones podía ser coyuntural en respuesta a las limitaciones de movilidad durante 2020 y 2021. Sin embargo, la tendencia se ha mantenido; es más, se ha incrementado.
En febrero de este año se han marcado máximos en el registro histórico de la encuesta del BCE, pues el 53% de los hogares europeos han señalado que tienen intención de realizar un desembolso en vacaciones en los próximos doce meses, mientras que solo piensan gastar en artículos del hogar el 20%. Desde el Banco de España apuntan que las prioridades de gasto de los españoles son muy similares a la media comunitaria.
Con los datos de abril, publicados hace unos días, la intención de vacaciones ha descendido ligeramente -al 52%-, mientras que los artículos del hogar se mantienen en el 20%. Caso aparte es la voluntad de adquirir un coche que, con pequeñas variaciones, se coloca ligeramente por debajo del 10% encuesta tras encuesta.
Potencia turística
El cambio de la tendencia de consumo de los europeos, en favor del turismo, beneficia a España como potencia turística mundial. Especialmente, porque de los 94 millones de extranjeros del pasado año, el 84% procedían en Europa; con el Reino Unido como primer emisor. Con los datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francia continúa como el país más visitado del mundo, con 100 millones de visitantes en 2024 (98 en 2023); España, en segunda posición, crece de 85 millones en 2023 a 94 millones el pasado año, con un aumento del 10%; Estados Unidos, a continuación, pasa de 66 a 72 millones; después, Italia, con un ligero aumento de 57 a 58 millones; y el top-5 lo cierra Turquía, que si en 2023 recibió 48 millones de extranjeros, en 2024 llegó a los 51. Desde la OMT y también desde el Gobierno español, se ha insinuado la posibilidad de que España desbanque a Francia como primer destino mundial este año, pues frente a un crecimiento del 10%, el país vecino apenas ganó un 2% de visitantes.
Si nos centramos en los destinos europeos, el buen comportamiento de 2024 se ha dejado notar en el conjunto de España. Así, de los diez primeros lugares por pernoctaciones hoteleras, seis fueron españoles, dos más que en 2023. Aunque si ese año, los tres primeros puestos fueron españoles, en 2024 se han colocado París y Roma en segunda y tercera posición. La isla de Mallorca (51 millones de pernoctaciones) repite en lo alto de listado; Barcelona (40 millones) ostenta la cuarta posición; Tenerife (34 millones) la séptima y tras la isla, Alicante (32 millones); Madrid (30 millones) y Málaga (29 millones) cierra el ranking de los diez destinos europeos con más pernoctaciones. Y si se amplía a los 20 destinos preferidos en Europa, entran Gran Canaria (26 millones); Girona (24 millones) y Tarragona (18 millones).
Menos ingresos y más gastos
No obstante, pese a que la encuesta del BCE sobre las expectativas de consumo para los próximos doce meses es esperanzadora para la economía española -la que más va a crecer en 2025 de la UE-, los expertos vaticinan que seguirá aumentado la llegada de extranjeros, pero a menores ritmos: descartan crecimientos de dos dígitos como estos años pasados. Además, la propia Encuesta de Expectativas de Consumo arroja claro obscuros, pues aunque la mitad de las familias europeas va a gastar dinero en vacaciones, los crecimientos no serán tan fuertes. Así, los europeos encuestados consideran que la economía descenderá casi 2 puntos (fuera de las previsiones oficiales) y un 8,4% piensa que puede perder el empleo. En España, hay mayor optimismo respecto al crecimiento, pero más pesimismo en la pérdida de empleo.
Eso redunda en la percepción de los ingresos futuros: solo una cuarta parte piensa que ganará más en los próximos doce meses y, de hacerlo, será a ritmos bajos del 0,9%. Los españoles son más confiados y aspiran al 2,7%. Sin embargo, aunque no creen en un aumento de los ingresos, sí apuestan por un aumento de los gastos. De media, el 54% de los europeos sí cree que gastará más que en 2024, en el entorno del 3,7%, una décima más que los españoles.