Prácticamente desde sus inicios, el Mobile World Congress, se ha marcado el hito de la sostenibilidad. De hecho, en el año 2008 ya se presentaba como la gran feria de la industria del sector de telefonía móvil comprometida con la sostenibilidad. Las líneas estratégicas en este campo, desde entonces, han sido la reducción de residuos en materiales impresos, el fomento de la reutilización y el reciclaje de materiales, la utilización de herramientas electrónicas y la separación y posterior reciclaje de los residuos generados, así como la reducción y compensación de la huella de carbono.

Sin cucharas para el café

Sin embargo, ¿en qué se traduce todo eso en los ejemplos prácticos del día a día? El año 2023 se presentó el MWC como el de la sostenibilidad, pero más allá del titular, la práctica la encontramos este año. ON ECONOMIA ha podido palparlo con algunos elementos bastante ilustrativos. De entrada, la acreditación digital ya sirve para todos los días y, excepcionalmente, imprimen en formato papel el pass el primer día o si el visitante lo pide. Este se hace con impresoras EPSON robotizadas que han ganado rapidez, pero también son nuevas versiones que ya reducen la tinta consumida.

Otra gran novedad es que la inscripción ya no va plastificada y las cintas son de ropa sin ningún plástico adicional y se cuelgan con una especie de cortes pequeños que tiene la misma acreditación en papel. En la experiencia del día a día, esta acreditación es menos resistente y las posibilidades de perderla, también mayores. Para acabar, se han depositado unas urnas en la salida del MWC que invitan a reciclar la acreditación. La lástima es que se acaba mezclando la ropa de la cinta con el papel del pass.

Otros detalles, los encontramos en el servicio de cafetería que ya ha eliminado de una forma definitiva las botellas de agua, aunque algunos servicios de restauración privados que se instalan sí las ofrecen. Y otra cosa totalmente extinguida son las cucharillas de café plástico. Pero tampoco se ofertan de madera como se ha puesto de moda en más de una cadena de cafetería y horno de pan. Por otra parte, no falta la basura para reciclar, concretamente, plástico, vidrio y papel. Constituyen una especie de basuras tres en una, aunque se ven pocas. Y, en paralelo, también se reduce el desperdicio alimentario de la mano de la colaboración con una ONG, Nutrición Sin Fronteras, que dará al Ayuntamiento de Barcelona materiales alimentarios nuevos y sin usar como aceite, cubiertos, platos, etc.

Aviso por sequía en los hoteles

Si hablamos de sostenibilidad también hemos de hablar de la sequía. En hoteles, carteles en diferentes zonas estratégicas de Barcelona y dentro del mismo Mobile, hay una campaña de sensibilización orientada a la persona que viene de fuera para que tome conciencia del consumo de agua que tiene que hacer. De hecho, el turismo consume tres veces más agua que una persona local y, por lo tanto, el Mobile es un impulso económico, pero también gasta una gran cantidad de recursos. Si ponemos el acento en las grandes empresas tecnológicas que participan, ya empiezan a apostar por terminales que aprovechan materiales reciclados para los componentes. De hecho, se calcula que hay 5.000 millones de terminales inoperativos en el mundo. Con el cobalto y otros metales como oro, plata y el cobre y otros elementos, que contienen, se podrían fabricar 10 millones de baterías para coches eléctricos. Como es el caso de Samsung que utiliza plásticos reciclados para las gamas Galaxy S22 y S23.

Finalmente, si ponemos la mirada en otras medidas globales, este gran acontecimiento tiene lugar en el recinto de Gran Vía de Barcelona, que, precisamente, alberga uno de los parques fotovoltaicos mayores construido sobre cubierta: tiene 25.900 paneles solares que generan 5,86 GWh de electricidad al año, evitando la emisión de más de 2.200 toneladas de CO₂. Además de las modernas instalaciones, Fira de Barcelona también impulsa medidas de reciclaje, eficiencia energética, eco-diseño de estands y optimización de servicios para minimizar el impacto ambiental generado por su actividad ferial. Por otra parte, desde el 2023, el MWC se convirtió en el primer gran acontecimiento que recicló las alfombras de los pasillos, en total más de 70.000 metros cuadrados de fibra de polipropileno reciclado para dar una segunda vida.