Los economistas están a favor de aliviar la deuda de las comunidades autónomas, pero a cambio de condiciones fiscales, o dicho de otra forma, imponiendo a los ejecutivos territoriales sanear sus presupuestos y tener superávit fiscal, según se ha recogido en una jornada este jueves organizada por el Consejo General de Economistas (CGE) y el think tank económico Fedea.

En el debate, llevado a cabo por expertos en financiación autonómica como Diego Martínez López, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Pablo de Olavide e investigador de Fedea; José María Durán, profesor de la Universidad de Barcelona y director del Instituto de Economía de Barcelona (IEB) y Angel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, no obstante, se han mostrado posturas diferenciadas. Desde una oposición a la condonación, expresadas por De la Fuente, a posturas más favorables, como las de Martínez López. Sin embargo, como considera De la Fuente, “si hay que hacerlo, lo único que tendría cierta lógica es ligar la condonación a la infrafinanciación acumulada en el pasado con respecto a la financiación media por habitante ajustado”. El director de Fedea reconoce que tiene un “miedo atroz al riesgo moral. Hace 20 años estaba más abierto a la condonación, pero la deuda de las comunidades autónomas era muy inferior a la actual. Pero ahora, me da más miedo. Si se cede, no se les podrá exigir responsabilidad fiscal más adelante”, señala. Y su conclusión es que si se hace una condonación, “deberían ser igual para todo”.

El propio director de Fedea ha señalado este jueves las diferentes posiciones dentro del think tank, lo cual ha saludado como positivo. Unas diferencias referidas a la postura que el investigador de Fedea, Martínez López, viene defendiendo desde hace años respecto a las medidas de reestructuración de la deuda. “Hace más de una década, éramos pocos los economistas que defendíamos la condonación de la deuda, y ahora ya no se discute si se hace, sino cómo se hace”, señala a ON ECONOMIA. Aunque el catedrático de la Universidad Pablo de Olavide pone condiciones muy concretas a la posible condonación: que sea parcial, asimétrica y condicionada. Sin embargo, para Martínez López, es la única forma viable y creíble de que todas las comunidades autónomas se financien de manera ortodoxa en los mercados.

¿Riesgo moral?

¿Riesgo moral?, se pregunta. “Sí, claro; pero la situación actual (y durante 10 años) con el FLA (Fondo de Liquidez Autonómico) y los otros fondos, ¿no lo son?". En primer lugar, debe ser una condonación parcial porque “solo debería afectar a un porcentaje de la deuda con los mecanismos extraordinarios, ligada a infrafinanciación relativa (y quizás algo del impacto del ciclo económico), teniendo en cuenta el gasto per cápita y el ejercicio de la capacidad normativa sobre tributos cedidos”. Asimétrica porque la situación a corregir es muy heterogénea dependiendo de cada comunidad autónoma y una parte del origen del problema es asimétrica. “No debe tratarse de un manguerazo generalizado de condonación”. El experto en financiación autonómica considera que para convencer a todos los territorios de esta condonación asimétrica, se debe producir una negociación que no se limite a una quita, sino que se amplíe a la financiación autonómica en su conjunto, tratando temas como ordinalidad, statu quo, etc.

Y, posiblemente, la condición más importante: la condonación no puede ser gratis. En opinión de Martínez López, a las comunidades beneficiarias se les debe exigir planes de ajuste factibles y verificables. “Podría atenuarse así una parte del inevitable riesgo moral”. Por ejemplo, recortar un 1% de la deuda a aquellas comunidades que tengan un 1% de superávit, medida que puede ser reversible si no se mantiene en años posteriores, señala Durán. O exigir superávits continuados durante 10 o 20 años, en opinión de Martínez López.

El director del Instituto de Economía de Barcelona es de la misma opinión. “La condonación parcial de la deuda puede tener sentido, pero ligada a un argumento objetivo como es la infrafinanciación y sujeta al cumplimiento de ciertas condiciones, que deben ser para el conjunto de las comunidades”. Durán considera que hay que buscar solución, pues de no hacer nada, en una década el problema se habrá agravado. Aunque insiste en que debe ser un recorte de la deuda condicionada. “El riesgo moral que conlleva no nos gusta a los economistas, pero una parte de la deuda viene de unas situaciones concretas, como unos mercados con tipos a los que no podían acceder las comunidades.

Rescates internacionales

La financiación autonómica está en el centro de las preocupaciones de los economistas españoles. Hace unos días el IVIE, instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, mantuvo un debate similar con los mismos ponentes. Aunque en esa ocasión se sumó Santiago Lago, catedrático de la Universidad de Vigo, y uno de los mayores conocedores de la financiación autonómica. Lago considera que una condonación parcial de un 20%, como el firmado entre ERC y el PSOE, no será suficiente. Por eso, el experto aboga por ir a otra soluciones, como mantener el principal de la deuda, permitir alargar muy sustancialmente los plazos de devolución, casi sine die, y garantizar tipos de interés bajos para no asfixiar a ninguna comunidad.

En Valencia, Martínez López, recordó que la condonación de la deuda u otras medidas de apoyo a las finanzas autonómicas y locales han sido frecuentes en los últimos 25 años. Según explica a ON ECONOMIA, un estudio de hace dos años del FMI, señala que en 13 ocasiones, los gobiernos centrales han ido en auxilio de las administraciones subnacionales. De media, estos rescates supusieron el equivalente al 3,7% del PIB de los países rescatadores. Ejemplos como el de Brasil, Argentina, México o India, pero también en Hungría, Francia, Austria o EE.UU., donde el Estado de Nueva York y el Gobierno Federal tuvieron que acudir en auxilio de la ciudad de Nueva York.