Cambio de rumbo de la economía de la zona euro. Si hace apenas unos meses Eurostat difundía una estimación que determinaba que la eurozona caería en recesión este mismo invierno, ahora, con los últimos datos publicados por la institución, el PIB de la zona euro crece un 3,5% en 2022, y un 0,1% en el cuarto trimestre del anterior ejercicio. De esta forma, los augurios de que Europa caería en una recesión económica, este invierno se desinflan. Pese a que el Viejo Continente no muestra un crecimiento abultado, este es suficiente como para que la región se aleje de la sombra de una etapa recesiva.

En el conjunto de la Unión Europea, el PIB creció un 3,6% en 2022. Según los datos ofrecidos esta misma mañana por Eurostat, la economía creció de forma estable durante los últimos tres meses de 2022, y por encima de lo esperado, de acuerdo con las estimaciones ofrecidas por la oficina de estadística comunitaria.

La eurozona esquiva la recesión

Las cifras de Eurostat arrojan un entorno más favorable que lo previsto por la Comisión Europea el pasado noviembre. La institución continental proyectó una caída del PIB del 0,5% en ambas zonas, seguida de un descenso del 0,1% en el primer trimestre de 2023. De haberse dado este hecho, la eurozona estaría inmersa en una recesión técnica.

Tanto el PIB de la región europea como la de la Unión Europea han crecido más de lo esperado tanto en el último trimestre de 2022, como en el conjunto del año. Cabe destacar que algunas naciones europeas han mostrado un crecimiento mínimo en el último trimestre, incluso en algunos casos, como el de Alemania, el PIB en el último tramo del pasado ejercicio evolucionó en negativo. Pese a esto, tanto la economía de la eurozona como la de la Unión Europea han roto con las estimaciones que proyectaba Bruselas.

Europa rompe con las estimaciones dadas por la CE

La CE apuntaba a un crecimiento de la eurozona del 3,2%, mientras que esperaba un crecimiento del 3,3% en la Unión Europea al cierre del año. Pese a que ambos indicadores se han asentado por encima de las previsiones que daban desde Bruselas, estas distan del crecimiento que ambas zonas hicieron al cierre de 2021, cuando la eurozona creció un 5,3% y la UE un 5,4%.

Cabe destacar que la zona euro se ha movido en un escenario complejo, marcado por la elevada inflación propiciada por la guerra de Ucrania, y un entorno con políticas monetarias restrictivas. Todo ello ha hecho que el crecimiento económico de ambas regiones sea menor en un contexto que, a priori, no era favorable. Los resultados son positivos, y más teniendo en cuenta que las estimaciones ofrecidas por Bruselas hace apenas dos meses no eran halagüeñas.

Pese a ello, parece que la inflación ha comenzado a desahogar las economías europeas, aunque esta sigue en cotas elevadas. Las continuas subidas de tipos realizadas por el Banco Central Europeo parece que están comenzando a surtir efecto. Pese a ello, el objetivo del IPC al 2% que mantiene la institución presidida por Lagarde aún está lejos. Es por ello por lo que el próximo jueves el BCE llevará a cabo una quinta subida de tipos, la cual parece que será de 50 puntos básicos.

La política restrictiva, unida a la crisis energética, ha ralentizado el crecimiento económico. Pese a esto, la noticia no es tan negativa si atendemos a las proyecciones que hacían los principales agentes del mercado, los cuales situaban a la zona euro en una etapa de recesión económica.

España, la tercera economía europea más creciente en el último trimestre

España registró la tercera mayor tasa de crecimiento de la UE en el último trimestre del pasado ejercicio. La economía española creció un 0,2% entre octubre y diciembre de 2022, siendo esta la tercera con mayor alza, por detrás de la economía irlandesa, que creció un 3,5%, y de la de Letonia, que ascendió un 0,3%, tal y como apuntan los últimos datos de Eurostat.

Francia y Alemania han sido dos de las grandes economías europeas que en los últimos días han publicado el crecimiento económico en 2022. El país germano no ha salido bien parado en el último trimestre del ejercicio, ya que su economía se deterioró un 0,2%, abriendo la puerta a la recesión. Por su parte, el PIB francés creció un 0,1% en el último trimestre de 2022, apuntándose un crecimiento del 2,6% en el conjunto del ejercicio.

Italia es otra de las naciones que, como Alemania, también ha experimentado un deterioro económico en los últimos compases de 2022. En su caso, la economía italiana cedió un 0,1% entre octubre y diciembre del anterior curso.

Parece claro que la zona euro aún sigue inmersa en un proceso marcado por la incertidumbre y las variaciones. Desde ING opinan que “se han evitado peores escenarios este invierno, pero la economía sigue estancada”. Pata Bert Colijn, economista senior de la entidad financiera, la zona euro ha “mostrado una resistencia increíble” logrando regatear a la recesión. Pese a ello, el experto cree que el escape ha sido “estrecho”, por lo que aún hay que tener cautela. Pues la crisis energética y las posibles variaciones geopolíticas podrían generar desajustes económicos en los próximos meses.