La evolución de la economía catalana irá de menos además este 2023, según las previsiones de la Cambra de Comerç de Barcelona, y el año se podría cerrar con un crecimiento del 1,8% del producto interior bruto (PIB). Durante el primer trimestre de 2023 se mantendrá la ralentización con que se ha cerrado el último año por los efectos de los costes energéticos y su repercusión en el Índice de Precios al Consumo (IPC) pero son indicadores que se prevé que tiendan a la moderación a lo largo de los próximos meses.

El informe de coyuntura de la economía catalana del cuarto trimestre del 2022 de la Cámara ha elevado sus previsiones presentadas en octubre del año pasado, cuando apuntaba a un crecimiento del 1,6% para este año, y han situado el crecimiento en el 5% en el 2022, cuando se pronosticaba que se quedara en el 4,3%.

Eso, acompañado de la moderación salarial que evitará una espiral al alza, pero que disminuirá el poder de ahorro y, por lo tanto, de consumo de las familias que ya han agotado el remanente de ahorro que generaron durante los años de la pandemia y que se ve agravado por el incremento de los precios. De hecho, el ahorro bruto anual de los hogares en Catalunya para el 2023 será de unos 8.702 millones de euros, inferior a los 9.982 millones de euros del 2022 y uno de los más bajos de los últimos 15 años.

En positivo, hay que destacar que, a pesar de la moderación del crecimiento, Catalunya seguirá creando empleo (1,5% en el 2023), un hecho que permitirá reducir la tasa de paro hasta el 9,1% (cuatro décimas menos que el 2022), según las estimaciones del Informe de coyuntura catalana del cuarto trimestre de 2022, elaborado por la Cambra de Comerç de Barcelona y el equipo de AQR-Lab de la UB.

Después del traspié del cuarto trimestre de 2022 y la desaceleración que se prevé para los primeros meses de este año, al girar de la segunda mitad de 2023, el dinamismo económico podría volver a coger protagonismo a Catalunya, aunque no está exenta de riesgos. El enquistamiento de la inflación, el impacto incierto del aumento de los tipos de interés nominales sobre la actividad, y del grado de ejecución de los fondos Next Generation, entre otros.

"El incremento de los precios se ha moderado en los últimos meses, pero la tendencia creciente de la inflación subyacente (variación de los precios de bienes y servicios, excluyendo los productos energéticos) supone un riesgo para la recuperación", ha alertado al director del Gabinete de Estudios Económicos y de Infraestructuras de la Cámara, Joan Ramon Rovira. "Las expectativas de los empresarios para el primer trimestre del 2023 apuntan que el traslado del aumento de costes a los precios de venta todavía no habrá finalizado", ha señalado Rovira, que augura que la escalada del precio de los alimentos no disminuirá "hasta mediados del 2023" y será uno de los elementos que determinará la inflación anual (cómo lo fueron los combustibles y la energía en el 2022). Ha recordado que los alimentos son el factor que más tira ahora de la inflación y ha dicho que el descenso de costes en origen podría repercutir en el precio de los alimentos en un horizonte de unos seis meses.

Así lo demuestra el hecho de que el porcentaje del empresariado catalán, que sostiene que incrementará sus precios de venta el primer trimestre de 2023, ha aumentado, según la Encuesta de Clima empresarial. Desde la Cámara, sin embargo, se descarta que, en líneas generales, este aumento de precios sea causado por el incremento de los márgenes empresariales y lo atribuyen básicamente a la translación del incremento de los costes. "Tenemos la impresión que los márgenes empresariales han disminuido ligeramente porque han absorbido parte del alza de los costes", ha manifestado Rovira, no sin precisar que no se puede generalizar y que cada segmento de actividad ha respondido de manera diferente a la situación económica.

En línea con estas expectativas empresariales, el primer trimestre del año refleja todavía las incertidumbres que marcan el desarrollo de los negocios, como el incremento de los costes energéticos y de las materias primas (a pesar de un cierto control en los repuntes de precios), la evolución de los tipos de interés y los costes financieros.

Desde la Cámara, la presidenta Mònica Roca, ha insistido en el hecho de que las administraciones tienen que dar respuesta a esta situación de desaceleración y ha puesto énfasis en la gestión de los fondos europeos Next Generation, como palanca para fomentar la actividad económica. "Pueden ser el elemento clave que consolide el punto de inflexión en la economía", ha concluido Roca.

El informe de coyuntura señala que no hay una previsión de recesión, ni a Catalunya ni a Europa, según el responsable del Gabinete de Estudios Económicos de la entidad cameral, para quien es significativo ver como Alemania no ha entrado en recesión y, por lo tanto, hay "buenas expectativas" de exportaciones del sector industrial, Sí que reconoce Rovira una situación más delicada para las pequeñas empresas, el sector inmobiliario y la construcción, estos dos últimos por|para la tensión del incremento de los tipos de interés.