La EPA del segundo trimestre deja una agradable sorpresa: Catalunya consigue que la tasa de paro femenina (8,35%) se coloque por debajo de la masculina (8,52%), convirtiéndose en el único territorio donde el desempleo femenino -en términos porcentuales- está por debajo del masculino. En términos absolutos, entre abril y junio hubo 176.600 parados y 160.200 paradas. Aunque hay trimestres en los que se ha detectado este fenómeno en algún territorio, suele ser excepcional y en Catalunya no sucedía desde 2014, en la parte final de la crisis financiera. Igualmente positivo, la EPA deja entrever un acortamiento de la brecha de género en el conjunto de España, pues de los 588.700 puestos de trabajo creados en los últimos doce meses, 308.200 han recaído en mujeres por 280.500 en hombres. Un fenómeno que se detecta también en términos de desempleo, ya que de los 157.000 trabajadores que abandonaron el paro durante el último año, 77.900 fueron hombres y 79.100 mujeres.

Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT y responsable de las políticas de género en el sindicato, comenta a ON ECONOMIA la sorpresa que ha supuesto el dato y, a falta de un análisis más detallado, explica el descenso de la tasa de paro femenina por debajo de la masculina en Catalunya en un mayor peso del sector Servicios en el empleo creado en el trimestre. Algo patente, pues en el conjunto de España se han creado 603.900 empleos entre abril y junio, de los que 606.000 se han generado en Servicios, en la Construcción otros 60.900 y 1.500 en Agricultura, mientras que la Industria ha destruido en el trimestre 64.500. Grandes sectores de Servicios, como comercio y hostelería, son actividades muy feminizadas a diferencia de la construcción y la industria, lo que podría justificar una mayor contratación de mujeres durante este año.

No obstante, la sindicalista apunta que en algunas comunidades autónomas las tasas de paro ya son bajas -Catalunya entre ellas-, por lo que se están contratando más mujeres, incluso en sectores masculinizados, equilibrando las tasas de desempleo y de ocupación entre mujeres y hombres. No obstante, las diferencias siguen siendo notables si se tiene en cuenta que en el segundo trimestre el paro femenino se colocó en España en el 13,16% mientras que el masculino en el 10,19%. En la parte positiva, la brecha ha disminuido en relación con la EPA del primer trimestre. Jesús Cruz Villalón, catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla, coincide con Antoñanzas en que la reducción de la tasa femenina se debe, en términos generales, a una mayor demanda en el sector Servicios, más feminizado.

Empleos de calidad

En Catalunya los nuevos empleos son, igualmente, de Servicios, aunque un análisis detallado permite concluir que los que han ido a parar a las mujeres entre abril y junio en conjunto son de los llamados “de calidad”. En el trimestre han aumentado en 132.700 los puestos de trabajo, de los que el 51,5% han sido ocupados por hombres y el 48,5% por mujeres. Prácticamente todos se han producido en Servicios, 133.000, de los que 70.100 (52,7%) han sido ocupados por hombres y el resto por mujeres. Pero llama la atención que en Industria el empleo masculino ha caído en 16.700 puestos, mientras las mujeres empleadas en el sector han aumentado en 3.800 este trimestre.

Sobre Servicios, cabe recordar que agrupa actividades muy diversas, algunas con empleos de calidad y valor añadido y, por tanto, mejores salarios. Y nueva sorpresa, pues en este tipo de actividades han ganado terreno las mujeres en Catalunya. De los 133.000 empleos nuevos en Servicios, 48.300 están en “actividades profesionales, científicas y técnicas, más actividades administrativas y auxiliares”, donde el 72,3% del empleo de nueva creación ha ido a manos de mujeres y en “información y comunicación”, otra actividad de calidad, se han creado 8.300 empleos donde las mujeres han pesado un 55,5%.

Más ocupadas

Sin embargo, en opinión del jurista de la Universidad de Sevilla, lo realmente importante es si, junto a la reducción de la tasa de paro, se está acortando la diferencia entre hombre y mujeres ocupados en Catalunya. Y, desafortunadamente, la respuesta es que no, pues el número de ocupados ha crecido más en el segundo trimestre que las ocupadas, aumentando la brecha en 4.000 personas. Así, en el territorio la diferencia a favor de los hombres fue en el primer trimestre de 133.000 que se ha elevado a 137.000 en el segundo. Algo que se ha dejado notar también en la tasa de ocupación (número de ocupados respecto a la población de 16 o más años), pues las ocupadas son el 52,4% del total de las mujeres de más de 16 años en Catalunya, porcentaje que sube al 60,4% en los hombres.

Volviendo a la tasa de paro, en Catalunya la femenina no se colocaba por debajo de la masculina desde la crisis financiera (2008 al 2014). Sin embargo, en momentos de crisis, el recorte de la tasa de paro no se debe a que haya más gente trabajando, sino a que hay más personas que abandonan la búsqueda activa de empleo y, por tanto, dejan de engrosar las listas del paro. Antoñanzas aclara que en toda crisis (también se ha detectado en pandemia) “las mujeres son las primeras que abandonan el mercado de trabajo y las últimas que se reincorporan a él cuando vuelven mejores tiempos”. Por tanto, están más tiempo fuera del mercado laboral. Algo que se repitió con los ERTE, pues las mujeres permanecieron de media más meses que los hombres.

Pero en esta ocasión, la reducción de la tasa de paro femenino no es efecto de una crisis, sino todo lo contrario. Algo que queda patente en las cifras, pues en la crisis financiera, aunque la tasa de paro femenino se colocó por debajo de la masculina en Catalunya, se tocaron porcentajes del 22,4%, nada que ver con el mínimo del 8,35% conseguido en el segundo trimestre de este año. No obstante, en 2005, en plena burbuja inmobiliaria, se detectaron tasas de paro femenino inferiores a este 8,35%.