Las mujeres ganaron de media 4.721 euros menos que los hombres en 2021, lo que supone una diferencia del 20,9%, pues mientras ellos tuvieron unos ingresos de 27.322 euros, ellas obtuvieron por su trabajo 22.601, según un informe de CCOO dado a conocer este martes. Sin embargo, lo peor del análisis es que esa brecha salarial ha empeorado en casi un punto respecto al año anterior, pues en 2020 se consiguió tocar un mínimo del 19,3%, un repunte que el sindicato atribuye a la recuperación de la pandemia. Aun así, el resultado es positivo en opinión de Unai Sordo, secretario general, y Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo, del sindicato ya que las diferencias se han acortado en seis puntos desde 2018 gracias a las fuertes subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) que pasó de 736 euros ese año a 965 en 2021. Mañana el Consejo de Ministros aprobará colocarlo en 1.080 euros.

Sordo ha criticado la posición de los que ha denominado “negacionistas de la brecha salarial”, aquellos que defienden que ante un mismo puesto de trabajo no existen tales diferencias. “Hasta ahí podíamos llegar”, ha alegado el líder de CCOO, que ha matizado que eso sería una discriminación directa, algo que es sancionable en los tribunales. Las diferencias salariales surgen de una “discriminación indirecta” que se deriva de ciertos problemas estructurales del mercado laboral motivados, a su vez, por el rol que se otorga a las mujeres en la sociedad, en especial su papel de “cuidadoras de la familia”.

En opinión de Carolina Vidal, este rol de cuidadoras es el principal hándicap para romper la brecha salarial. Como muestra, de cada 100 mujeres que están inactivas, 25 no trabajan porque tienen 3 o más hijos y, muchas de las que sí tienen un empleo, recurren a trabajos a tiempo parcial que supone una merma considerable de los ingresos. Primero porque la hora se suele pagar menos que en la jornada completa y segundo porque en muchas ocasiones el tiempo parcial supone jornadas de 3 horas diarias o incluso menos, según la sindicalista. Además, según se quejan mujeres de sectores muy feminizados como el comercio no son jornadas estables, pues se suelen cambiar mucho los turnos lo que dificulta sus labores de cuidadoras.

Jornada a tiempo parcial

Lo que lleva a una paradoja. Los hombres que entran con jornadas a tiempo parcial en ciertos sectores muy feminizados como el comercio o la sanidad, suelen ir sumando más horas de trabajo o incluso saltando a la jornada completa, con el consiguiente aumento salarial. En el caso de la sanidad, aunque el 78% de los puestos los desempeñan las mujeres, los hombres ganan de media un 37% más. De hecho, el 75% del empleo a tiempo parcial lo desempeñan mujeres, aunque no por gusto, pues una de cada dos declara querer tener un empleo a jornada completo.

Desde CCOO no tienen dudas de que el rol social de cuidadoras es uno de los principales problemas: 1,5 millones de mujeres que no trabajan lo hacen porque están cuidando de familiares. Por este motivo, el sindicato reclama un Pacto de Estado del cuidado para que se cubra desde el servicio público con profesionales formados, lo que liberaría a las mujeres para poder optar a mejores jornadas y, por tanto, a mayores salarios.

“Si se premia la disponibilidad para trabajar fuera de la jornada, se está premiando a los hombres”

Pero el “cuidado” y el tiempo parcial sólo explican parte de la brecha salarial. Desde el informe se achaca parte a la política de retribuciones de los complementos variables que explican un 40% de la brecha salarial, pues, en opinión del sindicato, este tipo de plus sobre el salario base se dedican principalmente a aspectos laborales “masculinizados” como la nocturnidad, o la penosidad con un marcado de sesgo. “Si se premia la disponibilidad para trabajar fuera de la jornada, se está premiando a los hombres”, señala Sordo. El secretario general de CCOO se pregunta por qué no se premia la precisión en el trabajo donde las mujeres son más fuertes. Incluso, reconociendo que se puede meter en problemas internos, se pregunta igualmente a qué se debe que se premie la antigüedad, donde los hombre ganan al tener carreras más largas.

Contratas públicas

Otro sector que explica la brecha salarial es la contratación masiva de mujeres en sectores con menores remuneraciones. Además del comercio o la sanidad, como ya se han apuntado, desde Comisiones Obreras se apuntan a las contratas públicas (servicios de limpieza, comedores, residencias) cuyas subidas salariales están “capadas” por la ley de contratos públicos y la ley de indexación que impiden revisar los pliegos y, por tanto, los salarios.