Sábado de marzo, 13 horas, plaza Osca en el barrio de Sants de Barcelona. Hace un sol de primavera precioso y las terrazas no solo están llenas, sino que hay gente que espera de pie su turno. Dentro de los bares, se puede encontrar alguna mesa vacía, pero no entre los bares mejor valorados. La imagen se repite en los bares y terrazas de Gracia y Sant Andreu, como en la Latina o Lavapiés de Madrid. El poder adquisitivo de los españoles en el año 2022 cayó un 5,6%, restando el aumento salarial del 2,8% de media al 8,4% de inflación. En cambio, la facturación de la hostelería aumentó un 44%, según datos de la patronal a partir del Instituto Nacional de Estadística (INE), y llegó a los 37.600 millones de euros. Esta facturación recoge también el efecto de la inflación (habría sido menor con unos precios más bajos), pero sin duda muestra un gran aumento del consumo.

La inflación, a pesar de las medidas del Gobierno, sigue golpeando con fuerza el cesto de la compra (los alimentos suben un 16,6%) y la capacidad de consumo, y la invasión rusa en Ucrania no se detiene. Ahora, a toda esta incertidumbre se le empiezan a sumar las crisis bancarias de Silicon Valley Bank y Credit Suisse. La desconfianza se contagia entre los inversores en Bolsa, pero no entre los consumidores del bar. En el restaurante Bartolí, ya en lunes de menú, las mesas también están llenas, y uno de los propietarios, Vicenç Bartolí, apunta una razón incontestable por la cual los bares no se vacían a pesar de la incertidumbre económica: "Puedes tener más o menos dinero, pero todo el mundo tiene boca". Pero hay otras menos biológicas y más económicas.

La primera, en la que coinciden todos los consultados, es "el aspecto psicológico", en palabras del economista y profesor de la UOC Antoni Cunyat. "Todavía nos afecta la postpandemia y las ganas de consumir y de viajar; el sector del ocio todavía vive de eso y se nota", aporta Josep Soler, presidente del consejo asesor del Instituto de Estudios Financieros.

El mismo Soler apunta un segundo motivo: "Hay en el patrimonio de los españoles más de un billón de euros de ahorro, (el PIB es de millón y medio)". En efecto, este ahorro alcanzó cifras récord el año pasado, por primera vez por encima del billón de euros, según el Banco de España, un aumento del 4,57% con respecto al año anterior.

Consumo por encima de la renta

Ahora bien, si lo miramos en porcentajes sobre la renta disponible, la tasa de ahorro ha ido cayendo con la inflación, tendencia que empezó después de un pico récord de casi el 25% de ahorro mensual durante la pandemia hasta llegar al 5,7% actual. Ahora, el consumo medio por familia está por encima de la renta disponible. "Durante muchos años, las cuentas bancarias no daban mucho beneficio, pero había poca inflación. Ahora, las cuentas todavía no están muy remuneradas, porque los bancos no retribuyen, pero los créditos te los cobran cada vez más caros por los tipos de interés. Hay, por tanto, más alicientes para gastar el ahorro, aunque la evolución de la renta no haya sido significativa," añade Soler.

Además, y entramos en el tercer motivo, "la inflación produce una impresión psicológica que hace pensar que es mejor gastar ahora porque todavía subirán más los precios", añade. "Tenemos que tener en cuenta que, aunque estemos en un freno económico, el volumen general de rentas ha ido creciendo", completa. En efecto, la renta media ha aumentado más en los últimos años y tiene que hacerlo todavía más con los nuevos convenios colectivos, que prevén una subida de sueldos general relacionada con la inflación y con el aumento del salario mínimo interprofesional de 1.080 euros, que entró en vigor el pasado mes de febrero.

El cuarto factor es que hay menos paro que nunca desde el año 2008. España creó 278.900 puestos de trabajo el año 2022, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, y el paro se redujo un 2,6% con respecto al 2021. Es un ritmo mucho más lento que el contraste entre 2021 y 2020, primera salida de la pandemia, pero mantiene una tendencia positiva. Si miramos los últimos meses, el mes de febrero cerró con 2.618 personas más en paro que en el mes anterior, pero también se sumaron 88.918 nuevos afiliados a la Seguridad Social.

Estos trabajos, y aquí entramos en el quinto factor clave, son cada vez más firmados con un contrato indefinido, a raíz de la reforma laboral del año pasado, que limita y reduce la contratación temporal. El Banco de España presentó un informe la semana pasada titulado, justamente, 'El aumento de los contratos indefinidos y su posible impacto en el gasto'.

El estudio observa, con datos de la EPA, que el número de trabajadores con contrato indefinido aumentó en 1,6 millones el año pasado, de 12,6 millones a 14,275 millones y que, por lo tanto, su peso poblacional ha crecido un 3,6%. Paralelamente, los trabajadores con contrato temporal han perdido peso y son 1,2 millones menos, al pasar de 4,308 millones a 3,115 millones de personas.

De temporales a indefinidos

La conversión de un contrato temporal a indefinido ha derivado, históricamente, en un aumento de la ratio de gasto sobre la renta del 20% en los dos trimestres posteriores, decía el estudio. Mirando las cifras de 2019, los indefinidos gastaban un 81% la renta de su hogar, y los que tenían contrato temporal lo hacían un 72%.

Con estas premisas, el Banco de España calcula que la conversión de contratos temporales a indefinidos podría haber contribuido a incrementar la ratio de gasto entre 0,18 y 0,24 puntos porcentuales, o sea un total de entre 1.198 y 1.586 millones de euros. O sea, que cada hogar con un cabeza de familia que ha firmado un contrato indefinido habría aumentado su gasto entre 1.189 y 1.586 euros anuales.

El sexto factor por el cual tenemos los bares llenos es el turismo, según apunta Soler, del Instituto de Estudios Financieros, después "de una temporada muy buena de invierno". En efecto, durante el mes de enero, España recuperó cifras prepandémicas y recibió 4 millones de turistas, muchos de ellos sin ganas de cocinar y sí con mucha curiosidad por la gastronomía española, que es uno de los grandes atractivos del país. Las bebidas alcohólicas, además, son más baratas que en la mayoría de países emisores de turistas en nuestro país. El año pasado, España recibió 71,6 millones de turistas internacionales que gastaron 87.061 millones de euros, cifra que es más del doble, y se espera que este 2023 la cifra se supere y alcance el récord de 85 millones de viajeros y 100.000 millones de euros en gasto.

El séptimo motivo por el cual los bares están llenos se les ha escapado a los economistas consultados, pero no a Vicenç Bartroli (¿lo recuerdan de los primeros párrafos?), que recuerda que "muchos bares tuvieron que cerrar durante la pandemia y, por lo tanto, es como una limpieza, y los que quedamos absorbemos a más gente". No se trata solo de su percepción, sino que hay cifras que lo corroboran. La patronal Hostelería España, en su anuario, detalló que el año pasado había 175.029 bares, por los casi 200.000 del año 2012, y que, por lo tanto, se han perdido 24.470 en la última década. Durante el año de la pandemia, los cierres de bares fueron 7.000, casi una tercera parte del total de los perdidos durante la década. Los que quedan van sirviendo cañas, tapas y platos sin parar de facturar.