Esta semana hemos conocido, a través del Wall Street Journal, que el Departamento de Energía de Estados Unidos, responsable del control de los laboratorios de investigación, ha considerado, basándose en nueva documentación analizada, que el origen del covid-19 podría deberse, "probablemente", a una fuga de laboratorio en Wuhan. Una información, que si bien ha sido etiquetada con "fiabilidad dudosa", ha sido respaldada con mayor contundencia por parte del FBI, que también respalda esta teoría.

¿Qué ha sucedido con esta teoría, que estuvo sobre la mesa en un primer momento y se desechó considerándola "teoría de la conspiración"? ¿Cuál es ahora el discurso que parece querer sostener la administración norteamericana al plantear esta posibilidad? ¿Qué implicaciones supone esta teoría para China? 

Por su parte, China ha respondido y ha puesto sobre la mesa otra teoría, que igualmente, ha venido defendiendo, con cierta discreción, desde el primer momento: el origen del virus tuvo lugar en un laboratorio militar norteamericano. Y el virus llegó a Wuhan con motivo de la celebración de los juegos olímpicos militares que se celebraron en octubre de 2019. 

Las consecuencias que se pueden derivar, tanto de una opción como de la contraria, si alguna quedase finalmente confirmada, son ahora mismo de un calado incalculable. Porque ambas supondrían responsabilizar a una de las dos grandes potencias mundiales del origen de la pandemia, lejos de la teoría de la zoonosis que se quiso implantar para mantener, supuestamente, las aguas tranquilas. De ser cierta una de las dos, ¿nos encontraríamos en presencia de un arma biológica? ¿Qué implicaciones políticas tendría esto?