Todos conocemos los problemas que ha tenido este verano el Barça para poder inscribir jugadores. Como sabemos, el Barça es propiedad de sus socios, no es una sociedad anónima, es un club, "més que un club". Eso da al Barça un signo distintivo respecto a los otros equipos, cosa que lo hace casi único. Ahora bien, eso también comporta que no se pueden obtener recursos emitiendo acciones y se tiene que recurrir a la ingeniería financiera y, a veces, como ha pasado recientemente, comprometer los ingresos del club de los próximos años.

Este verano, con la venta de algunos derechos, se ha adoptado un riesgo, un alto riesgo que, medido financieramente, parece razonable. El peligro de no tomar estos tipos de riesgos sería el de pasar unos cuantos años en la sombra, como le ha pasado a equipos como el Milán o el Manchester United, que ya hace tiempo que no consiguen nada positivo en la máxima competición europea y poca cosa en sus ligas nacionales. Sin embargo, si las cosas no salen del todo bien, hay una amenaza y esta es la posibilidad de que el club se vea obligado a convertirse en sociedad anónima. Ahora bien, ¿adoptar este modelo sería un desastre?

Para muchos socios y aficionados sí, el club perdería su identidad y pasaría a ser uno más dentro de la esfera internacional. De todos modos, económicamente podría no ser tan perjudicial, ya que se podrían vender una parte minoritaria de acciones y capitalizar el club. A nivel de gestión, difícilmente hubieran pasado casos como los de Gaspart o Bartomeu, que han puesto el club en una situación límite. Tendremos que esperar unos años y ver cómo evoluciona todo, pero si llega el momento, ¿estamos preparados?