Raül Romeva (Madrid, 1971) no se cansa de repetir que el proceso es dinámico, que en 18 meses habrá el cambio de legalidad, pero no el final del proceso, y que si en vez de 18 meses son 16 o 20, tampoco pasa nada. Todo, mientras la judicialización del debate político que vive Catalunya le estalla de lleno en su conselleria que el viernes aterrizó en el Tribunal Constitucional.

Ahora que se negocia el próximo gobierno español, ¿qué cree que le iría mejor a Catalunya? Cualquier situación que entienda qué es lo que realmente está pasando. La combinación que permita resolver esta cuestión por la vía democrática. Eso es lo que iría mejor para Catalunya. Cuanto más lo alargamos, más lo cronificamos... más difícil será encontrar una solución satisfactoria para todo el mundo.

¿Eso quiere decir Rajoy, Sánchez, repetir elecciones...? Tanto me da. Quien entienda eso... No se trata de decir Rajoy, Sánchez o quién sea, sino que haya una comprensión de cuál es la situación y que lo tenemos que resolver. Hay una parte, que todavía es muy minoritaria, que dice que entiende lo que está pasando en Catalunya y una gran mayoría de formaciones políticas muy diversa que sigue obsesionada en negar la realidad. Desde esta perspectiva es muy difícil valorar...

¿Qué tendrían que hacer ERC y DiL en este contexto? Avanzar en esta línea. Ellos tienen la fuerza que tienen. Se trata de poner la cuestión otra vez, por enésima vez, encima de la mesa. Intentar explicarla a los unos, a los otros y a los de más allá. La voluntad de diálogo desde aquí ha estado siempre y seguirá estando.

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¿Hablando de hablar, alguien lo ha llamado desde Madrid? Yo he hecho lo que hace cualquier persona que entra en una responsabilidad como esta, que es informar a todo el mundo. Hace muchos días que estamos enviando cartas a todo el mundo, poniéndonos a disposición para lo que consideren que podemos ser útiles. A todos los niveles. Catalunya, Estado, Europa, mundo... Lo hemos hecho con los ministros, jefes de estado, responsables de organizaciones multilaterales, actores sociales y económicos... Y también con los representantes del Gobierno del Estado. Sólo faltaría.

¿Alguien le ha contestado? De momento, todavía no.

De hecho sí le han contestado, le han mandado la conselleria al Tribunal Constitucional... A mí personalmente no. Lo han dicho a los medios...

Mi departamento responde a un decreto que ya existía en el anterior mandato, cuando todavía era una Secretaría de Exteriores

¿Qué piensa de que hayan enviado su departamento al TC? No hay nada que sea punible. El departamento responde a un decreto que ya existía en el anterior mandato cuando todavía era una Secretaría de Exteriores. Las competencias son las mismas que están establecidas en el Estatut y contempladas en el marco constitucional. Desde el punto de vista legal, normativo, competencial, no hay ningún motivo para sentirse incómodo con nada. Políticamente estamos en una situación de gran complejidad. Lo que tenemos delante es una confrontación política, no legal. Queremos afrontar la cuestión desde la vertiente política, pero que por favor dejen de usar la justicia para hacer política, entremos de una vez en la normalidad democrática de la separación de poderes, que hace mucho tiempo que hemos abandonado.

El miércoles la Audiencia apuntó contra l'Assemblea y las entidades municipalistas; ayer le tocó a su departamento... la judicialización va en múltiples direcciones. ¿Fuera del Estado español se ve así? Cada vez más.

Estos movimientos judiciales pueden tener consecuencias graves, en el caso de las querellas del 9N se habla de inhabilitación e, incluso, prisión... Dónde pueden acabar no es lo que en estos momentos me inquieta. Nosotros tenemos un mandato del 27S para aquello que estamos haciendo. La responsabilidad es empezar a poner en marcha unas estructuras y unas herramientas. No nos puede parar ninguna de estas iniciativas. Tenemos una responsabilidad. Ayer entramos a registro tres leyes que son fundamentales, empiezan su recorrido parlamentario. Estamos haciendo lo que se nos pidió que hiciéramos. Este es nuestro principal objetivo y preocupación.

El proceso es dinámico, tiene que adaptarse a las circunstancias que se van produciendo

Hay voces dentro de JxSí que apuntan que después de las elecciones habría que revisar la hoja de ruta, porque el resultado del 27S no es el que se esperaba y no se puede mantener punto por punto... Esto es un proceso dinámico que se tiene que adaptar a las circunstancias que se van produciendo. La hoja de ruta es muy clara. Establece de urnas a urnas. Quiere decir, empiezas con unas elecciones, 27S, y acabas con una votación, referéndum de la Constitución. Esta hoja de ruta es lo único que nos puede legitimar para hacer un Estado. La idea de urnas a urnas no la ha cuestionado nadie. Tenemos que aplicar la hoja de ruta tal como tenemos establecido, siendo conscientes de que las circunstancias no están fijas, que puede haber dificultades. Esto tiene que acabar en una ratificación de la Constitución vía referéndum. Sin embargo, en el marco en que estamos, necesitamos una cosa fundamental: un cambio de legalidad. En la legalidad actual esto no lo podemos hacer. De urnas a urnas pasando por un cambio de legalidad.

Este es precisamente el quid. Eso que usted llama cambio de legalidad es una declaración de independencia... Desde el minuto cero lo hemos explicado infinidad de veces: que la hoja de ruta empezaba con un mandato democrático y acababa con una constitución refrendada. Para poder hacer eso hace falta un cambio de legalidad. Las circunstancias pueden hacer cambiar muchas cosas, pero la hoja de ruta dice eso.

¿En el mundo, que es el ámbito en que usted se tiene que mover, se entenderá esta hoja de ruta? Lo que se entiende en el mundo, especialmente después del 27S, es que aquí hay una demanda ciudadana y democrática clara. Todo el mundo tiene muy claro que se ha intentado y se sigue intentando todo para hacer las cosas de manera correcta desde el punto de vista democrático y legal. Otra cosa es que todo el mundo ve que esto es difícil. Y que hay otro interlocutor que es el Estado español, que ha hecho lo que ha hecho y, además, con la circunstancia que en estos momentos está en funciones. El problema no es sólo el Gobierno, sino las mayorías actuales a nivel parlamentario.

Nosotros hemos pedido un referéndum. La voluntad sigue siendo hacer las cosas de manera dialogada

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¿Cómo esperan que se resuelva? En clave interna. ¡Y eso es lo que pedimos también nosotros desde hace mucho tiempo! Nosotros hemos pedido un referéndum. La voluntad estaba y sigue siendo hacer las cosas de manera dialogada. Desde fuera se entiende que tenemos un mandato democrático. No lo hacemos por un capricho, lo hacemos por una necesidad.

¿Después de tres semanas, cómo funciona el Govern? La dinámica hasta ahora ha sido extraordinaria. Todo el mundo tiene muy claro qué hemos venido a hacer. Todo el mundo sabe que esta es una legislatura circunstancial, excepcional, pensada para un periodo de tiempo muy concreto, y con una misión muy concreta, dotarnos de aquellas herramientas que hoy no tenemos para convertirnos en un Estado. Y dejarlo todo a punto para que en el momento en que se haga, sea validado por unas urnas. Es muy importante poner énfasis en que esto no empieza ahora y nosotros haremos el Estado independiente. Nosotros ponemos en marcha aquello que hace falta para poder proclamar el Estado independiente. Es muy importante este matiz. Esto lo hará la gente, no el Govern. 

¿Han empezado a trabajar en tres áreas, como habían previsto? De facto sí. En la medida en que los ámbitos de trabajo están muy interrelacionados de manera natural entre estas áreas. Yo me entenderé mucho con Interior, Justicia y Gobernación son los temas que desde el punto de vista de exteriores son necesarios. Además, nosotros tenemos también Relaciones Institucionales y Transparencia, tres áreas transversales, que tienen una dimensión que nos obliga a tener visión más global de gobierno. 

¿Con Oriol Junqueras y Neus Munté se coordinan bien? Muy bien. Con Puigdemont también, y con el resto de consellers. JxSí cuando se creó ya era un instrumento circunstancial, no se entiende sin el momento en que estamos inmersos. Pero precisamente la fuerza JxSí es esta, en este momento de necesidad hemos sido capaces de juntar gente muy diversa, de trayectorias políticas muy diversas, con un objetivo común y la voluntad de este Govern es traducir esto en resultados. Como tenemos muy claro qué hemos venido a hacer y qué tenemos que hacer, el entendimiento es bueno.

¿Le ha hecho algún encargo a Artur Mas? Estamos hablando. Con el presidente Puigdemont y con el presidente Mas, que se ha ofrecido. También es verdad que en estos momentos está ayudando a Puigdemont a hacer el traspaso. Todos los departamentos tenemos todavía mucho trabajo para saber cuáles son las carpetas abiertas. Está previsto que en breve concretemos.

Los 18 meses son una referencia. Si pueden ser 15 meses serán 15, si tienen que ser 20, serán 20

Y todo en 18 meses... En el tiempo que convenga, si pueden ser quince serán quince, si tienen que ser 20 serán 20. Los 18 meses son una referencia. Lo ha explicado muy bien Carles Puigdemont, Oriol Junqueras... Es un tiempo en que jurídicamente se nos ha explicado que podemos hacer todo lo que tenemos que hacer. Pero en 18 meses no acaba el proceso. Los 18 meses es el cambio de legalidad y con la nueva legalidad tienes que hacer otra fase del proceso.

Elecciones constituyentes... Y hacer una constitución. Y esta constitución se tiene que validar por la ciudadanía. Eso no acaba con 18 meses. Es muy importante explicarlo. Los 18 meses es el cambio de legalidad. Somos conscientes de que aquí hay una expectativa por parte de mucha gente de cómo lo haremos. Siempre hemos dicho que lo tenemos que hacer ofreciendo garantías jurídicas. Nos interesa explicarlo dentro y fuera. Queremos poner de manifiesto que en esta transición nadie quedará desatendido. Tenemos que garantizar que todo el mundo quedará cubierto. ¿Es el escenario ideal? No. Es el escenario que nos permite hacer aquello que tenemos que hacer. Los 18 meses son el cambio de legalidad. Y esto tiene que acabar con una ratificación de la constitución. Es entonces que podemos decir –si se gana— somos un estado independiente.

¿A estas elecciones constituyentes irá cada partido por su cuenta? ¡Hace tres semanas que estamos en el Govern!

¿Usted participará en estos comicios? Repito. Hace tres semanas que estamos en el Govern. Tenemos mucho trabajo. Pensemos por una vez en el hoy y no lo que pasaría si...

¿Muy bien pues, qué proyectos tiene para su conselleria? Hacer el departamento.

¿Y...? ¡Es una estructura de Estado! Teníamos una Secretaría de Exteriores, que ha hecho un trabajo extraordinario, teniendo en cuenta las dificultades, la limitación presupuestaría, no sólo global —que también—, sino específica de la acción de exteriores. Un estado normal tiene un departamento de exteriores, Catalunya tiene que poder posicionarse en el mundo. Catalunya tiene que poder explicarse y dinamizar sus iniciativas económicas, sociales, políticas, culturales... y acoger todas aquellas que vienen del mundo. Y tiene que poder atender a toda la gente que está por el mundo y reclama acceso directo con su gobierno.

¿Cómo lo hará? ¡Lo estamos haciendo ya!

Con el revuelo que ha creado la conselleria, cuando hable de embajadas... Catalunya tiene delegaciones como las tiene cualquier actor, un municipio, comunidades autónomas, las diputaciones... la acción exterior es absolutamente normal.

No se trata de tener muchas embajadas sino las imprescindibles

¿Y cuántas delegaciones quiere tener en 18 meses? No es un tema de cantidad sino de calidad. Es decir, hay una antigua diplomacia que la tenemos que superar, cuántas más embajadas mejor, esto es erróneo. En el Parlamento europeo, en la comisión de exteriores, una de nuestras obsesiones era reducir el número de embajadas de los estados. No se trata de tener muchas embajadas, sino de tener las imprescindibles y hacer una política exterior digna del siglo XXI, no del XIX.

El objetivo será diseñar el departamento y las delegaciones... Las delegaciones son una parte del departamento, pero el Govern, aparte de las delegaciones, hace muchas cosas en el exterior, Ramon Llull, Acción Exterior... tenemos muchos ámbitos donde el Govern hace política exterior. Recuerde que el leitmotiv del departamento es la transversalidad al servicio del Govern, y es el Govern el que hace acción exterior. Lo que tenemos que hacer es racionalmente explotar todos los engranajes que tiene el Govern. Desde el punto de vista social, político, cultural, hay muchas maneras de estar en el mundo. La acción exterior no es delegaciones, es todo. Tenemos que poner todos los instrumentos.

Queremos que Catalunya sea referente en el mundo cuando se hable de transparencia

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También de su conselleria depende la política de Transparencia. ¿Qué objetivos se ha marcado? Que cuando la gente piense en Catalunya en temas de transparencia nos vean en el mismo nivel que hoy se ve a Nueva Zelanda, Dinamarca, Suecia... Cuando hablas de transparencia tienes unos referentes. Queremos que Catalunya forme parte de estos referentes.

¿Y cómo se puede conseguir? Haciendo las cosas bien hechas.

Artur Mas se hizo un hartón de repetir que Catalunya figura en los niveles más altos de Transparencia Internacional... Estamos en primeros niveles desde el punto de vista de registro que hace Transparencia Internacional.

Pero esto no es suficiente... Siempre se puede mejorar. Tenemos una ley de transparencia, que tenemos que ponerla en marcha y desarrollarla. El objetivo del despliegue de esta ley es hacer las cosas ejemplarmente bien hechas.

Fotos: Sergi Alcàzar