Últimamente veo que la industria televisiva presta atención a la idea del retorno de los muertos. Además de las series de acción tipo The Walking Dead, Fear of the Walking Dead o Z Nation, salen otros títulos de cariz más psicológico, como The Returned o The Glicht, que especulan sobre el impacto que el retorno de los difuntos tendría en nuestra vida y nuestra sociedad.

Quizás es deformación profesional pero no puedo evitar ver, en estas series, el fantasma de un pasado mal resuelto que vuelve y que es fácil relacionar con la crisis de valores y el colapso político que sufre occidente. Cuando los grupos humanos pierden la capacidad de afrontar el dolor con audacia y creatividad, se refugian en dogmas que lo niegan de manera obsesiva, y entran en decadencia.

Santi Nevot, 33 años, es psicólogo y trabaja con personas, no con países. Pero no sé qué debe pensar cada vez que un político afirma que vale más no entrar a debatir un tema del pasado porque sólo llevará frustración o división. En un momento de la conversación deja caer: "España tiene unos índices altísimos de depresiones y muchas de estas depresiones tienen que ver con lutos mal resueltos de la guerra civil y la represión franquista."

Las terapias de Nevot parten de un principio que tanto se puede aplicar a la salud mental de las personas como de las sociedades: "Quien no conoce bien su historia tiende a repetirla". Su trabajo parte de la idea de que las cadenas de afectos y de miedos que nos forjan el carácter se van transmitiendo de una generación a otra. Todos tenemos una especie de ADN emocional y la mejor manera de evitar que la personalidad nos esclavice o que nos lleve a repetir patrones familiares que no nos favorecen es hacerlo consciente.

Suponemos que la abuela de una paciente fue maltratada y que no pudo denunciarlo porque en su época este tipo de abusos se llevaban en silencio. Cuando esta señora educó a su nieta, sin querer le transmitió la rabia que guardaba hacia su marido. Un día la nieta se hace mayor y empieza a liberar la rabia contra sus parejas. Por una parte, de esta forma se asegura el sentimiento de pertenencia a su familia, pero del otro se siente impotente porque no encuentra el amor.

Nevot es especialista en constelaciones familiares, una terapia que ahora está de moda y que me recuerda a un poema de Phillip Larkin que hace así: "Te fastidiaron, el papa y la mama./ Quizás no lo querían, pero es así de crudo./ A los defectos que les dieron fama// tienes que añadir los tuyos, y este eres tú. // Pero a ellos los fastidiaron también/ unos viejos locos con sombrero y abrigo triste/ que a pesar de tener aspecto severo/ solían pelearse como gato y perro.// De unos hombres a otros, talmente un destino, / la aflicción crece, como un banco de arena./ Así Pues, lárgate muy pronto/ y si quieres tener hijos, pues tú mismo."

El trabajo de Nevot consiste en identificar conflictos ocultos en el árbol familiar y en buscar "una imagen de solución" que al paciente le permita afrontarlos y, a la larga, liberarse de ellos. La idea es que cuando la gente comprende que sus conflictos íntimos forman parte de un sistema de relaciones que van más allá de uno mismo, los puede encarar de manera más abierta y relajada. Cuando nos liberamos de la culpa, cuando perdonamos y nos perdonamos, es más fácil hacernos responsables de los problemas que nos ocasiona el carácter."

La constelación pone de manifiesto aquello que no está en orden en un sistema familiar extenso. Todos tenemos en el árbol familiar un pariente que se marchó a buscar tabaco y no volvió, o un asesino, o un violador, o un maltratador, o un estafador, o un bala perdida, o un suicida, o un borracho o un represaliado, o cualquier figura conflictiva que ha quedado excluida del amor o la memoria, por la razón de que sea. Según Nevot, estos conflictos escondidos acaban dando pie a guerras inconscientes a que nos limitan y a veces se interponen entre nosotros y nuestros objetivos.

En la terapia, el constelador familiar no distingue entre vivos y muertos. Un amigo mío, que fue adoptado, empezó este tratamiento harto de que las mujeres lo abandonaran, y un día me habló muy satisfecho de un antepasado lejano de Galicia que, según había descubierto, tenía un papel importante en este asunto. "Cualquier familiar estigmatizado, cualquier secreto o cualquier violencia escondida en los ancestres -me dijo-, puede crear bloqueos y enfermedades en base a una estructura de fidelidades que se da en el inconsciente".

El mismo Nevot me asegura que ahora hace cuatro años dejó de fumar después de reconciliarse con un abuelo que ni siquiera llegó a conocer.

- En algunos aspectos estaba repitiendo su vida. Ya sé que parece magia, pero no lo es. Tenemos emociones de nuestros antepasados y tendemos a reproducirlas. Las personas que me vienen a ver tienen la impresión que están encadenados a un patrón vital o de comportamiento del cual no se pueden librar. La terapia lo que hace es buscar el origen de estos patrones en las relaciones familiares, que son las más viscerales y primigenias.

- ¿Pero hay estudios que demuestren que todo esto funciona?

- Estudios de grandes farmacéuticas con personas, no hay. Es más cómodo tomarse una pastilla que ayudar a la gente responsabilizarse de su destino y saber quién es. Pero hay experimentos hechos con animales.

Nevot me habla de un experimento que consistía en liberar a un grupo de ratones en un campo de cerezos, y allí mismo electrocutar a unos cuantos. Según me explica, se comprobó que incluso los bisnietos de los pobres ratones ejecutados se estresaban tan pronto como eran transportados al lugar del experimento y oían el perfume de los cerezos. En este link hay otro experimento, un poco menos cruel, realizado con unos plátanos y unos chimpancés que viene a describir resultados parecidos.

Todo sistema humano -me explica Nevot- defiende su orden interno. Cuando se ve amenazado, reprime a los individuos que lo ponen en peligro haciendo emerger emociones relacionadas con el miedo y la culpa o, si hace falta, los sacrifica con una enfermedad. "En la psicología sistémica no se concibe ninguna enfermedad que sea individual. No se puede entender al individuo aislándolo del sistema al que pertenece. Un sistema humano funciona igual que un sistema solar o que un sistema musculoesquelético. Si tú aplicas una fuerza en una zona, todo el conjunto se resiente y se modifica."

- Pero eso te puede llevar a dar la culpa del cáncer al paciente. Es un poco bestia.

- Yo no he hablado de culpa. La culpa y la responsabilidad no son lo mismo. La culpa te contrae, mientras que la responsabilidad te ayuda expandirte y a tomar conciencia. De lo que se trata es de no enajenar nada. La gente va al médico y dice: me he hecho daño en la mano. No. Tu eres la mano, igual que no es mi angustia, ni mi cáncer: yo soy la angustia, el cáncer, la lumbalgia, lo que sea.

La primera pregunta que Nevot se hace cuando entra en un sistema familiar es qué miembro está excluido, a qué personas y a qué experiencias el paciente "ha cerrado el corazón". "Vivimos en un nivel de conciencia muy mental, que continuamente juzga y opina sobre las cosas que están bien y las que están mal". Esta manera de funcionar, que es la general, a veces nos somete a contradicciones que podríamos llevar mejor si fuéramos capaces de vivir en un nivel de conciencia más sensible, que observara más y juzgara menos.

Por lo que me explica, el método de la constelación tanto se puede hacer en grupo como en sesiones individuales. Para que me haga una idea de cómo funciona, Nevot coge dos tazas de café y un vaso de agua del bar donde hacemos la entrevista y, a partir de la idea de que simbolizan mis padres y un servidor, me pide que los sitúe sobre la mesa de forma instintiva. A partir de aquí las preguntas salen solas. En las sesiones de grupo, los pacientes hacen de actores en las representaciones del árbol familiar de otros pacientes. Y por lo que me explican a veces se producen situaciones de empatía casi telepática.

El resumen es que, contrariamente a lo a veces se pretende, el Ser no se puede distinguir del Pertenecer. Eso hace que, como más solo se siente alguien, más tendencia tenga a creer que está separado del mundo y más pequeña y desesperada sea su interpretación de las cosas que le pasan. El trabajo del constelador es ayudar al paciente a reconectar con su universo, recreando de forma simbólica la estructura de sus relaciones, para que pueda tomar perspectiva, arreglar los temas pendientes y volver a ponerse en el centro de su vida y su historia.