El 6 de mayo de 2025, Ucrania presentó de forma oficial su nuevo dron de ataque a larga distancia FP-1 en medio de las conmemoraciones del Día de la Infantería. Esta plataforma, mostrada por primera vez al público, ha sido diseñada para atacar objetivos estratégicos de alto valor situados a gran distancia de primera línea del frente. Está claro que es una herramienta para golpear al enemigo en su propio territorio, donde es más débil y sensible a los ataques.

Según datos técnicos revelados durante el desarrollo del evento y confirmados luego por analistas de defensa, el FP-1 puede volar hasta 1.600 kilómetros y transportar una carga explosiva de hasta 120 kilogramos. Esta capacidad es ajustable: el peso del armamento puede modificarse en función del alcance deseado, permitiendo optimizar su uso para misiones específicas y especializadas. Los drones cada vez incorporan una innovación mayor y eso está cambiando el paradigma militar.

La viceministra de Industrias Estratégicas, Anna Hvozdiar, confirmó que el FP-1 ya se encuentra en producción en serie y “ha despertado un alto interés entre los socios internacionales de Ucrania”, por lo que suponemos que los aliados occidentales de Kiev como son los países europeos están interesados en adquirirlo. Esto se alinea con la directiva presidencial de fabricar al menos 30.000 drones de largo alcance este mismo año 2025, una iniciativa clave para el gobierno de Zelensky.

El nuevo dron ucraniano FP-1 puede atacar el interior de Rusia con suma facilidad 

El desarrollo del FP-1 responde directamente a la necesidad de Ucrania de atacar posiciones rusas ubicadas en zonas anteriormente consideradas fuera del alcance, como Crimea, el Donbás ocupado y puntos logísticos dentro del propio territorio ruso. Su aparición marca un cambio estratégico, ya que permite a las fuerzas ucranianas atacar infraestructura crítica más allá de lo alcanzable por artillería convencional o drones de menor alcance, los cuales se usan de forma táctica para golpear posiciones fortificadas en el campo de batalla.

La industria ucraniana ha evolucionado con rapidez gracias al apoyo occidental, integrando tecnologías como navegación con seguimiento de terreno, resistencia a interferencias GNSS y telemetría cifrada, lo que mejora la capacidad del FP-1 para evadir defensas aéreas rusas, incluidos los sistemas S-300/400 y la guerra electrónica que cada vez tiene más presencia en el despliegue defensivo de los ejércitos.

Eso no es todo, porque, además, el FP-1 se destaca por su modularidad y uso de componentes comerciales, lo que facilita su producción a bajo costo y su adaptación a distintos tipos de misiones. Su implementación fortalece la doctrina de “guerra distribuida con drones” que Ucrania ha adoptado desde 2022, y que ahora es parte esencial de su política de defensa industrial y de las operaciones militares.

Para terminar, unidades como el Regimiento 14 de UAS (por sus siglas en inglés) y el apoyo del Ministerio de Transformación Digital, Ucrania ha profesionalizado el uso de drones. Ejemplos recientes, como los ataques exitosos en Tartaristán, demuestran que el FP-1 no es solo otro dron más, sino una herramienta clave de disuasión estratégica y de resistencia nacional. Ahora bien, habrá que esperar si Rusia y sus aliados implementan contramedidas contra estos aparatos. A cada arma ofensiva le sale otra defensiva, es una constante en la historia de la guerra.