Se llama Jong Hoon Kimm, es de origen coreano, trabaja como investigador en la Universidad Estatal de Washington y acaba de desarrollar un dispositivo revolucionario: una tirita capaz de detectar en segundos patologías que pueden llevarte a la muerte como, por ejemplo, un infarto. Su invento, sin embargo, tiene un problema: fabricarlo cuesta demasiado para que sea rentable. Sin embargo, Jong no se arredra y ha decidido buscar la manera de hacerlo atractivo para las farmacéuticas.

Estudio en una prestigiosa revista
El investigador ha publicado ya un estudio en relación a su invento en la revista Applied Materials&Interfaces, una de las más prestigiosas de su ámbito en Estados Unidos y, en él, se indica que el diseño de estas tiritas debe ser sencillo. De hecho, hasta proponen uno: serigrafía, el mismo que se emplea para estampar camisetas. Con ello, se abaratan costes, pues esta técnica permite imprimir hasta electrodos.
¿Qué se consigue?
Las tiritas inteligentes propuestas se adhieren en el tórax del paciente y, con ello, se puede monitorear directamente y en tiempo real el estado de su corazón o de cualquier otro órgano si la ubicación que se decide es otra. Los datos que recoge la tirita se trasladan mediante tecnología Bluetooth a cualquier dispositivo informático que se conecta, a su vez, con los servicios médicos que controlan al paciente. Así, por ejemplo, se pueden detectar al instante arritmias, amagos de infarto y hasta infartos mismos. Las tiritas sirven además para múltiples usos, ya que el circuito que incorporan puede usarse para medir niveles de actividad física. En sí, no es más que un parche con un circuito impreso, pero puede salvar vidas. Ahora sólo hace falta que alguien se anime a fabricarlo masivamente.