La tecnología es el futuro…y el presente, pero la falta de talento está haciendo que ese ansiado futuro con el que soñamos todos y que dibujan los avances tecnológicos vaya a tardar en llegar un poco más. Las necesidades de mano de obra de todos los proyectos en curso que pretenden mejorar nuestra vida cotidiana no alcanzan a cubrirse porque no hay perfiles como los que se demandan.
Necesidades crecientes
El volumen de trabajadores que necesita el sector de las TIC crece cada año y, así, un estudio del Centro de Predicción Económica, organismo autónomo vinculado a la Universidad Autónoma de Madrid, señala que las vacantes de empleo en el sector han crecido en un 7,4% si se comparan con las de 2021 por estas fechas.
El sector contrata cada año una media de 100.000 personas, pero desde DigitalES, la asociación de empresas del sector, se habla de 120.000 vacantes que no se cubren por falta de candidatos con la formación adecuada. El Instituto Nacional de Estadística, al tiempo, habla de un volumen anual de 145.053 puestos ofertados. Entre las profesiones con mayor demanda destacan los especialistas en Big Data, que suponen un 29% del total de las demandas, los ingenieros de software, que representan un 22% y los profesionales de las soluciones en nube, con un 17%. Para estos perfiles, se exigen estudios en informática, ingeniería, estadística o matemáticas, experiencia no inferior al año y habilidades adicionales en ámbitos como las ventas o la atención al cliente.
Importancia de la formación
InfoJobs, una de las principales plataformas para buscar y ofertar empleo en España, estima que un 48% de las empresas valora por encima del 7 sobre 10 la formación como una posible solución al problema de falta de personal cualificado. Entre las empresas del sector, un 29% ofrece formación en competencias para estimular la movilidad interdepartamental y el 24% ofrece formación complementaria en ámbitos distintos a los propios del profesional en cuestión. En España. El sueldo medio de un profesional de las TIC alcanza los 37.660 euros, muy lejos de los 93.000 euros que se cobran en Estados Unidos o los 78.000 del Reino Unido.