Del mismo modo que se hace con una pequeña parte de las naranjas amargas que crecen en los jardines del Real Alcázar de Sevilla –se envía un lote al año al embajador británico en España para que lo haga llegar, tal cual o convertidas en mermelada a Buckingham Palace-, Tarragona quiere aprovechar la fruta (también amarga) que producen los 600 naranjos que hay por la calle y convertirla en mermelada. Parc i Jardins ha activado un proyecto para permitirlo.

Evitar el desperdicio

Hasta ahora, las naranjas de Tarragona no se utilizan para nada concreto y acaban en la basura o como protagonistas de juegos callejeros de jovenzuelos enredadores, pero el Ayuntamiento de la ciudad quiere cambiar esto, explica Elvira Vidal, responsable del área de Parques y Jardines al Diari de Tarragona. Aprovechando que, desde hace unos años, los naranjos tarraconenses no se sulfatan con glifosato y, es de suponer, conocedores de que las naranjas sevillanas se usan para mermelada, Tarragona quiere hacer lo mismo. La intención del consistorio es que participen en el proyecto entidades responsables de centros especiales de trabajo cuyos usuarios se encargarían de la recogida. La mermelada se elaboraría después en un obrador especializado.

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Las naranjas de Sevilla no se destinan a consumo humano

Actualmente, en las calles de Sevilla hay unos 50.000 naranjos y cada año se recogen unos 5,5 millones de kilos de naranjas que se destinan a explotaciones ganaderas para alimentar cabras, o a fabricar compost en vertederos autorizados o en una de las plantas depuradoras que prestan servicio a la capital andalluza. En contra de la creencia generalizada, no se elaboran mermeladas con ellas ni tampoco sirven para aromatizar ninguna ginebra Tanqueray. Sí que se utilizan para mermelada esa pequeña parte de las naranjas del jardín del Real Alcázar que, desde 2019 se ha recuperado. Quien primero envió naranjas de este tipo a la familia real británica fue Alfonso XIII, amante de la mermelada de naranja amarga igual que su mujer, la inglesa Victoria Eugenia. La tradición se mantuvo hasta los años 80 y ahora se ha retomado.

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