En casa, una de las cosas que más rabia nos da es dejar botellas de vino abiertas porque eso, al lograr nuestro perro Cloud hacerse siempre con todos los corchos, equivale a echar a perder lo que queda de un buen caldo. Con todo, y aquí me toca disculparme con el pobre animal, sé que ni siquiera volver a tapar la botella con el tapón original garantiza que el vino no pierda propiedades y, por supuesto, hacerlo con los tapones de emergencia que se incluyen en los kits de vino tampoco sirve de mucho. Por eso, acojo esta noticia de hoy con un más que sano interés: un grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz, acaba de diseñar un tapón de corcho reutilizable que se supone soluciona mis dilemas y, seguramente, los tuyos si eres de esas personas que saben que no hay nada mejor que un buen vino en compañía.

Miguel Suffo
Miguel Suffo

El tapón perfecto

El grupo está dirigido por Miguel Suffo, quien estudió tres tapones que le entregó un cliente (Herederos de Torrent Miranda, empresa jerezana especializada en soluciones de cierre para vinos, licores y aceites) y acabó diseñando lo que ahora tienen entre manos: un tapón con propiedades viscoelásticas construido en conglomerado alveolar de corcho que se puede utilizar para cerrar nuevamente una botella abierta sin sufrir desgastes ni afectar a las características organolépticas del vino, licor o materia bebible de cualquier naturaleza que ésta contenga

Un producto de futuro

Herederos de Torrent Miranda es una de las pocas empresas de tapones que queda en la provincia de Cádiz, tierra en la que abundan, como en la cercana Extremadura, los alcornoques, pero que lleva años viendo como el corcho se exporta a Francia o a Portugal para su transformación. Suffo y su equipo esperan que su producto permita un renacer de una industria complementaria a la vitivinícola que, seguro, le vendrá muy bien a una tierra castigada por el desempleo y la desidia de la supuesta izquierda transformadora como es Cádiz. Junto a la Universidad de Huelva y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Cádiz espera desarrollar tapones incluso mejores que este que ahora tienen en sus manos.