¿Qué puede llegar a hacer una herramienta como ChatGPT cuando está bien dirigida? Puede, incluso, descubrir el estado de ánimo de cualquier usuario de Internet. Lo ha demostrado SocialLinks, una empresa de vigilancia.

Inteligencia Artificial
 

En una demostración

Lo explicitaron en una demostración pública sobre ciberseguridad desarrollada en París. Tras introducir comentarios reales de usuarios que se habían recopilado previamente, se indicó a la herramiento ChatGPT que debía clasificarlos en tres grupos (positivos, negativos y neutrales) y que, a partir de ahí, predijera si la actividad en redes de determinados usuarios podía “convertirse en violencia física” que pudiera llegar a “requerir de acciones policiales”. Si piensas en Minority Report, aquella película de Steven Spielberg en la que se perseguía a gente que se suponía iba a cometer delitos, no vas nada desencaminado.

¿Qué es SocialLinks?

Es, y de ahí que inquiete tanto, una empresa privada que dispone de herramientas capaces de rastrear “de manera completa” –lo afirman ellos mismos- la “huella digital de un objetivo”. Eso implica rastrear las redes sociales comunes, pero también la DarkNet o hasta transacciones realizadas mediante cadenas de blockchain que, teóricamente, serían plenamente seguras. Desde la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, ya se adelanta algo: dan por hecho que la IA servirá para realizar monitoreos individualizados de manera mucho más precisa que con observadores humanos. El Gran Hermano, parece, ya está aquí, así que, si todavía no estabas convencido de hacerlo, empieza a controlar mejor qué publicas en redes.