China ha iniciado la actividad de su primera gran estación híbrida de almacenamiento energético, basada en baterías de litio y sodio. Ubicada en la provincia de Yunnan, al suroeste del país y siendo una de sus regiones con mayor producción de energías renovables, la central promete no solo almacenar electricidad de forma más eficiente, sino también marcar el inicio de una transición tecnológica que diversifique el uso de materiales clave.

La revolución silenciosa de energía verde en China

Esta central verde, según la información publicada en el medio Global Times, cuenta con una capacidad instalada de 400 MWh, el equivalente a unos cinco campos de fútbol repletos de baterías, siendo capaz de almacenar y liberar al año hasta 580 millones de kWh de electricidad. Esta cifra bastaría para cubrir las necesidades anuales de casi 270.000 hogares, haciéndolo con un impresionante 98 % de energía procedente de fuentes limpias como el sol y el viento.

La clave de la planta se encuentra en la combinación de tecnologías. Las baterías de sodio, que hasta ahora no se habían empleado a gran escala, ofrecen ventajas como la operativa entre -20 °C y 45 °C, una vida útil más larga y un tiempo de respuesta seis veces más rápido que los modelos convencionales. 

Al integrarlas con las ya consolidadas baterías de litio, se consigue una solución flexible, robusta y más estable para gestionar la variabilidad de las energías renovables. Wu Bin, subdirector del proyecto, ha asegurado que "la central abastece a más de 30 plantas de energía eólica y solar en Yunnan. La tecnología híbrida de litio-sodio permite una integración más estable de las energías renovables a gran escala en la red eléctrica y apoya la futura participación en el mercado eléctrico".

El sodio podría destronar al litio en las baterías chinas

Pero más allá del avance técnico, la estación quiere ser el reflejo de la búsqueda de independencia en materiales. Actualmente, China depende del exterior para más del 70 % de los materiales usados en baterías de litio. En cambio, el sodio es más común en salinas, lagos salados y, sobre todo, en el mar. 

Según expertos citados por la televisión china, tan solo el lago salado de Chaka contiene recursos de sodio 500 veces superiores a todas las reservas globales conocidas de litio. Y es que en un contexto de creciente demanda energética y tensión geopolítica en torno a estos minerales, el sodio se perfila como una alternativa viable, abundante y más barata. 

Yunnan, donde se ha desplegado esta pionera central verde, es hoy el laboratorio perfecto, dado que un 70 % de su energía procede de renovables, con su red eléctrica exigiendo soluciones de almacenamiento ágiles y sostenibles. La estación Baochi podría ser el primer paso hacia un nuevo ecosistema energético menos vulnerable, más limpio y, sobre todo, más resiliente.