Son más grandes, más voraces, procrean más y, con las normativas actuales en la mano, no hay quien los pare. Afectan ya a cultivos situados en 1.400 municipios de diez comunidades autónomas diferentes y están generando pérdidas que superan ya los 800 millones de euros. Nos referimos, por supuesto, a los conejos que están asolando el campo español.

conejos sin control
 

Un  millón de hectáreas afectadas

Según la organización agraria COAG, las hectáreas afectadas superan el millón y la plaga, además, podría convertirse en un elemento propagador de enfermedades que podrían afectar a mascotas y a humanos. De momento, las campañas de esterilización mediante cebos no funcionan ante un animal que es capaz de reproducirse durante todo el año. Cada hembra puede llegar a tener hasta siete camadas con un mínimo de seis crías por cada una y un máximo de catorce. En Catalunyta se ha usado fosfuro de aluminio, pero las entidades ecologistas del principado han manifestado su desacuerdo mediante denuncias. 

¿Qué cultivos atacan?

Los conejos atacan cultivos de cereal, viñedos, olivares, leguminosas, cultivos hortícolas, almendros y frutales. En estos últimos, llegan a devorar toda la corteza del árbol, que acaba muriendo tras el ataque. Desde COAG en Lleida, se indica que los daños llegan a ser “tan serios” que en muchos casos no queda más remedio que arrancar el árbol y replantar. Y un frutal tarda varios años en volver a entrar en producción. De momento, y al no bastar las campañas de esterilización y no atenderse las peticiones de unos productores que exigen medidas “contundentes”, muchos fruticultores han instalado vallados en sus fincas, lo que dispara los costes y eleva el precio de la fruta.

 

¿De dónde han salido?

Los conejos hoy presentes en los campos son resultado de una hibridación de conejos salvajes presentes ya en el campo español con conejos domésticos que han sido abandonados por particulares, explican desde COAG. Para controlar la plaga no hay muchas opciones: sistemas de barrera, controles dinegéticos, eliminación de refugios e instalación de trampas y utilización de productos químicos (como el fosfuro de aluminio) que no dañen los cultivos y repelan a los conejos. ¿Hacemos algo de una vez o nos cruzamos de brazos esperando que, a no mucho tardar, toda la fruta venga de países terceros?