El potencial del biometano, especialmente en países con un potente sector agroganadero como el nuestro, es inmenso pero, para aprovecharlo -igual que para aprovechar cualquier recurso-, la implicación de una gran empresa energética suele ser crucial. En Italia, eso es justo lo que ha sucedido: Eni, el equivalente italiano a Repsol, ha empezado a inyectar metano producido con residuos ganaderos y agrícolas a la red de gas.

Menos emisiones de CO2 y menos dependencia exterior

De momento, el metano que se inyecta a la red procede de una única planta de producción situada en Codropio, un municipio de noreste del país y cerca de Udine. Con el metano de origen biológico, Eni da por hecho que emitirá hasta un 67% menos de CO2 a la atmósfera que utilizando gas de origen fósil.

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Capacidad

Cuando la fábrica de Codropio se encuentre a pleno rendimiento, eni cree que podrá generar 499 metros cúbicos de gas cada hora, lo que equivale al consumo de 5.000 coches en un año. Por supuesto, si todo funciona, la compañía activará nuevas plantas de producción. En España, mientras, seguimos deshojando la margarita.