Como superordenadores se conoce a aquellos dispositivos informáticos de alto rendimiento de cómputo que se diseñan para desempeñar tareas que no pueden realizarse en PC convencionales y que exigen capacidad de cálculo suficiente para solucionar problemas de alta complejidad en poco tiempo. Los primeros ordenadores de este tipo se los debemos a Seymour Cray, un ingeniero eléctrico estadounidense al que se considera creador de la supercomputación y que, a través de la empresa Cray Research, construyó las primeras máquinas de este tipo. Nacido en Chippewa Falls (Wisconsin) murió a los 71 años en un accidente de tráfico. Dos veces por año, se edita un ránking mundial en el que aparecen los 500 supercomputadores más potentes del mundo. El octavo es español.

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¿Dónde está?

El superodenador en cuestión se llama MareNostrum 5 y está instalado en el Centro de Supercomputación EuroHPC/Barcelona. Se trata de un sistema BullSequana XH3000 que  utiliza procesadores Xeon Platinum 8460Y con NVIDIA H100 e Infiniband NDR200, y tiene un rendimiento HPL de 138,2 Pflop/s.  Por delante de él y dentro del Top 10 están Frontier ( con 1.184 Exaplop/s de rendimiento y ubicado en el Laboratorio Nacional Oak Ridge de Tennessee del Departamento de Energía de USA), Aurora (con 585 Pflop/s e instalado también para el Departamento de Energía de USA, pero ubicado en Aragonne Leadership Computing Facility de Illinois), Eagle (561 Pflop/s, instalado en Estados Unidos para Microsoft), Fugaku (442 Pflop/s y funcionando en Kobe, Japón), LUMI (380 Pflop/s, instalado en Kajaani, Finlandia), Leonardo (238,7 Pflop/s, en Italia) y Summit (148,8 Pflop/s y también en Oak Ridge Tennessee.

cabecera proyecto supercomputing center marenostrum5
 

¿Para qué se usa Mare Nostrum 5?

La intención es que Marenostrum 5 alacance los 200 Petaflops, lo que equivale a capacidad para 200.000 billones de operaciones por segundo y utilizarlo, según sus desarrolladores, para la creación deprocesadores y chips con tecnología europea. Servirá, además, para reforzar la investigación médica a través del diseño de fármacos, vacunas y análisis de datos y solventará los problemas que estén fuera del alcance de los ordenadores digitales. Otros de sus posibles usos tienen que ver con proyectos de investigación en ámbitos como la astronomía, los materiales, las ciencias computacionales, las ciencias de la vida, las ciencias de la tierra y las aplicaciones computacionales en ciencia e ingeniería. Construirlo ha costado 220 millones de euros.