Un servidor, que usaba regularmente gafas antes de la pandemia, dejó de utilizarlas cuando comprobó que, con la mascarilla puesta, no había manera humana de evitar que se empañasen. Ahora, ya sin mascarillas y comprobando que mi decisión me ha costado alguna que otra dioptría de más, acojo con regocijo la buena nueva que hoy os acercamos: hay una solución para ese problema.

Oro transparente ultrafino
La solución planteada consiste en la incorporación de un innovador nanorrevestimiento de oro transparente ultrafino a los cristales de tus gafas en forma de película transparente que no afecta en modo alguno a tu capacidad de visión. El nanorrevestimiento convierte la luz solar en calor de manera automática y sin necesidad de ningún aporte externo de energía. Es, en sí, algo similar a lo que sucede con los hilos transversales que calefactan las lunetas traseras de los coches, pero con una diferencia fundamental: el nanorrevestimiento de los cristales de las gafas actúa solo cada vez que le da el Sol.
¿Cuándo estará disponible?
Todavía tiene que superar diferentes ensayos clínicos, pero se espera que pueda estar disponible a medio plazo. Quizá, para la próxima pandemia (que no tengas duda que llegará) ya la tengamos incorporada a nuestras gafas.