Y van tres: a Renfe y a Ouigo se les une a partir de este próximo 25 de noviembre Iryo otro operador ferroviario en las líneas de Alta Velocidad. Mientras, las líneas de media distancia y cercanías viven uno de los peores momentos de su historia con averías constantes, supresión de relaciones y un sinfín de despropósitos que nadie entiende porque, sin una red de ferrocarril capaz de vertebrar el territorio más allá de las capitales de provincia, España no será sostenible.

Ouigo Renfe
Ouigo Renfe

¿Quién está detrás de Iryo?

Iryo empezará a trabajar en la línea que va de Madrid a Barcelona, pero la intención de sus promotores es ofrecer también servicios en Levante y Andalucía. La empresa está participada por la compañía aérea valenciana Air Nostrum y el operador ferroviario estatal transalpino Trenitalia, propiedad de Ferrovie dello Stato. Frente a ella, se va a encontrar a nuestra clásica Renfe y a Ouigo, la filial del operador público francés SNCF que ofrece servicios de bajo coste en España. Renfe, por su lado, compite también en este mercado con la marca Avlo, que también oferta servicios económicos. La competencia, en un mercado en el que el avión no es ya rival por el elevado precio de los billetes, va a ser feroz y, muy probablemente, beneficiosa para el usuario.

Los planes de Iryo

De momento, Iryo va a empezar con trenes circulando entre Madrid, Valencia y Cuenca y, ya en 2023, tiene previsto llegar a Sevilla y Málaga pasando por Córdoba. Después, en junio del mismo año, espera poder ofrecer conexiones con Alicante y Albacete. En octubre, Ouigo quiere empezar a ofrecer viajes desde Madrid hasta Valencia. Todo ello se enmarca dentro de un plan de alcance europeo que pretende rebajar los precios de los billetes de ferrocarril para conseguir una movilidad más sostenible. El problema viene para el viajero que tiene como destino final alguno de los miles de municipios que no son capital de provincia y, desde que conocimos la Alta Velocidad, sólo ven pasar convoyes sin que ningún tren se detenga en sus cada vez más abandonadas estaciones. ¿Qué tal si alguien empieza a pensar que, además de entre Madrid y Valencia o Barcelona y Zaragoza, a lo mejor hay también personas que necesitan viajar en tren  (de manera decente) desde Venta de Baños a Aguilar de Campoó, de Puertollano a Peñarroya o desde Binéfar a Almacelles?