El plástico es un problema y, por ello, desde la UE se han redactado diferentes directivas que regulan su uso y de las que derivan tasas como las que, desde este año, pesa sobre cada kilo de este material que una empresa utiliza y no recicla. Desde diferentes sectores, se indica que estas medidas pueden tener efectos sobre el consumo en un contexto de subida de precios como el actual y, por eso, diferentes equipos de investigadores tratan de identificar nuevas estrategias para que el plástico que muchos consideran imprescindible se pueda seguir usando con el menor impacto posible en el medio ambiente. Uno de los últimos descubrimientos tiene como protagonista a un gudano y, también, a unos investigadores del CSIC.

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Larvas que devoran plástico

El equipo de investigadores en cuestión trabaja en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, que tiene su sede en Madrid, depende del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y rinde homenaje con su nombre a la bioquímica asturiana Margarita Salas Falgueras, fallecida en 2019 y responsable del inicio del desarrollo de la biología molecular en España. El equipo lo dirige la bioquímica Federica Bertocchini y, entre todos sus integrantes, han descubierto que las larvas del gusano de la cera (Galleria mellonella) son capaces de degradar residuos plásticos.

¿Cómo lo hacen?

La saliva de estas larvas incluye dos enzimas de la familia fenol oxidasa que deshacen el polietileno, el plástico que se utiliza para fabricar la mayoría de los envases que utilizamos. El animal podría ser capaz también de degradar el poliestireno​, conocido como porexpán y utilizado para aislamientos técnicos y acústicos. Ahora, el siguiente paso implica identificar qué cantidad de enzimas hacen falta para descomponer una cantidad determinada de plástico y empezar a producirlas a gran escala. Quizá, la tasa que acaba de entrar en vigor permite al Gobierno recaudar menos de lo que espera en breve.