Observar una bandada de aves surcando el cielo en perfecta formación de es un espectáculo más que llamativo. Algunas lo hacen en forma de V, otras en línea recta y, también, existen otras que viajan en formaciones con forma de L o U. Con todo, la formación en V es la más habitual: la eligen los patos, los cisnes, las gaviotas, los pelícanos y los cormoranes, entre otros. ¿Por qué lo hacen? 

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Ventaja aerodinámica

La principal razón por la que las aves vuelan en formación –y particularmente en V- tiene que ver con las ventajas aerodinámicas que otorga hacerlo. Cuando un ave bate sus alas, genera una corriente de aire ascendente que las aves que van detrás aprovechan para reducir el esfuerzo que les exige volar. Ahorran energía y, con ello, pueden viajar más lejos. Los animales que van delante de la formación en V también disfrutan de las ventajas, ya que los de la zona trasera uniformizan la corriente de aire que afecta a la bandada. De esta ventaja se benefician los pájaros que eligen otras formaciones para viajar en grupo.

 

¿Hay líderes?

En cada bandada hay siempre un líder aparente. Y conviene decir aparente porque no es siempre el mismo. Los individuos que forman cada grupo de vuelo, mediante sonidos, se comunican entre sí para realizar cambios de dirección y cambiar a los animales que viajan en las puntas. Con ello, se redistribuye el esfuerzo. De entre todas las posibles, la formación en V es la más común: entre sus ventajas figura ofrecer un mayor campo de visión. Es tan eficaz que, incluso, se ha copiado en aviación, ya que reduce el consumo de combustible. Y lo hace, además, por las mismas razones que reduce la fatiga entre los integrantes de grupos de aves que viajan juntas.