Si estás en la búsqueda de ejemplos que salen peor de cómo se esperaban, el mejor ejemplo a la mano es el hecho por Delivery Hero y Glovo.
Se ha registrado que la empresa vive uno de sus días más grises, no hay esperanza de que mejore, y encima, vale dos tercios menos de lo que llegó a valer en el verano anterior. ¿Lo peor? Es algo generalizado.
La vuelta a la normalidad ha dado un “giro brutal” a los Delivery
Las empresas de envíos de comida o deliverys están pasando por una crisis que nadie sabe si podrán sobrevivir.
Aunque en todo occidente esta idea parecía ser un “disparo al suelo” la verdad es que ahora hay muchísima oferta, servicios que ya no llegan en 10 minutos y además, las personas tienen la oportunidad de recoger sus propios productos.
La crisis de la gigante alemana también la vive Deliveroo (quién ha perdido más de la mitad de su capitalización desde agosto). Otra afectada es Just Eat.
Esto podría ser la caída de un negocio que terminará arrastrando el Quick Commerce, una tendencia que hay en Barcelona y Madrid, pero que difícilmente se generará en todo el país.
Delivery Hero se incendia por dentro
La paciencia de unos inversores ha tocado techo, y es que al conocer la aspiración de ventas para 2022 (45.000 millones, cuando el año pasado hicieron 44.000 millones) registra no sólo un estancamiento de su dinero, sino un riesgo muy alto.
La empresa tiene menos del 30% de lo que valía hasta hace muy poco. Uno de los problemas más grandes que se enfrenta la compañía, es que no ha logrado delimitar cuánto se genera en ganancias y cuánto dinero del que mueve, logra retener.
El modelo de expansión de Delivery Hero no se transmite en ganancias, y pudiera terminar llevándolo a la quiebra antes de que pueda revertir su estrategia.
Al principio de la pandemia, con la inmovilización de España, el volumen de pedidos era tan alto, que sin pensarlo dos veces ¡Era rentable! Sin embargo, hoy en día el número de pedidos baja porque las personas prefieren ir al restaurante, ahorrarse un delivery, etc.