La basura tecnológica, cada vez más abundante gracias a la obsolescencia programada, es un problema grave que, encima, trasladamos a quienes menos tienen, pues son legión los contenedores que viajan hasta el tercer mundo para que esforzados operarios que trabajan en condiciones mucho más que precarias, arriesguen su salud intentando recuperar lo mucho de aprovechable que queda en los dispositivos electrónicos que nosotros desechamos y que, no lo olvidemos, contienen materiales que pueden resultar nocivos para el medio y las personas si se manipulan inadecuadamente. Hoy, te proponemos tres maneras de alargar la vida de tus móviles y permitirte que tomes partido contra la basura electrónica.

Utilízalo para otra cosa
Cuando cambies de móvil, no tienes porque tirar el viejo o, en su defecto, regalrlo: puedes usarlo para otra cosa como, por ejemplo, emplearlo como mando a distancia si cuenta con un sensor de infrarrojos. Aunque ya no lo utilices para navegar por Internet o para llamar, puedes usarlo para controlar tu televisión o tu sistema de aire acondicionado. Otra opción es destinarlo exclusivamente a escuchar música o guardar fotos, que son también ocupaciones más que dignas.
Gana dinero
Si no eres de reutilizar, vende: puedes hacerlo en plataformas como Wallapop o Milanuncios y recuperar parte de lo que invertiste o, también, puedes entragarlos al comprarte un móvil nuevo y abaratar mínimamente el coste de tu nuevo dispositivo. Seguro que tu proveedor de telefonía sabrá encontrar un destino sostenible para tu viejo compañero.
Reaprovecha sus componentes
La tercera opción que te proponemos exige ya que conozcas unos rudimentos mínimos de electrónica y que seas aficionado a desmontar aparatos. Muchos de los componentes de tu móvil pueden servir para reparar otros y ganar un dinero si sabes extraerlos. El cargador, el cable y la funda, por supuesto, no tienes por qué tirarlos.