Tomar sólo Sal del Himalaya es una mala idea. Y no lo dice cualquiera, lo explica el naturópata, dietista y tiktoker Juan Torrontegui. La Sal del Himalaya tiene un problema: no contiene yodo.

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Problema compartido

Como todas las sales de origen mineral y no marino, la Sal del Himalaya carece de yodo y, por tanto, pese a la fama que tiene, no es adecuado consumir únicamente ese tipo de sal. Con todo, para Torrontegui no es aconsejable tampoco comprar sal marina de tiendas convencionales:”le añaden yodo no orgánico, y no es la mejor opción”.

¿Qué hacer?

Según el naturópata, la mejor opción es combinar diferentes tipos de sal. La sal gris o atlántica, que sí contiene yodo, puede combinarse con la Sal del Himalaya para disfrutar de los beneficios que aporta este tipo de sal y, también, de los que no tiene. Una buena idea, explica Torrontegui, es consumir también sal negra, que aporta hierro. La Sal del Himalaya regula la presión arterial, ayuda con la retención de líquidos, previene los calambres y tirones musculares, combate las migrañas, potencia el apetito sexual, ayuda a conciliar el sueño, contribuye a fortalecer la masa ósea, favorece el buen funcionamiento del sistema respiratorio.