Por mucho que haya llegado el verano y estemos de vacaciones, es raro encontrarse a alguien que deja de lado el teléfono. Por eso, y dado que esta estación y los cambios de hábitos añaden peligros nuevos al uso del móvil, cuando hace calor y se visitan las playas o las piscinas, hay que estar atentos a seguir una serie de recomendaciones propias de las fechas para no poner en riesgo innecesario el dispositivo.

Evitar altas temperaturas

Si tu teléfono se calienta demasiado, puede sufrir daños irreparables, incluso si lo llevas apagado. Dos elementos como la pantalla y la batería  son los que se ven más amenazados por el sol cuando el astro rey tiene el móvil a su alcance durante un largo rato. Algo que también puede suceder dentro del coche si nos olvidamos el teléfono dentro. Por eso, el mejor consejo es tenerlo siempre a la sombra, en un lugar fresco o en un bolsillo o un bolso.

Móvil mar

Móvil mar

Enfriarlo como se debe

Si el móvil se ha calentado demasiado, mucho cuidado con tratar de enfriarlo de cualquier manera. Nada de meterlo en una nevera o en un congelador por un tiempo. El riesgo de condensación es muy alto y las temperaturas bajas no son tampoco nada buenas para el dispositivo. Lo que hay que hacer es apagar el móvil, ponerlo en una sombra y esperar a que se vaya enfriando poco a poco. Y no ponerlo nunca a cargar al mismo tiempo que tratamos de enfriarlo.

La carcasa adecuada

Las fundas y carcasas son, sin ninguna duda, muy útiles para proteger el móvil. Pero cuando hace mucho calor, también pueden convertirse en un problema. Cuando concentran demasiado calor, evitan que el teléfono lo elimine como es debido adecuadamente a través de la parte posterior. Esto ocurre sobre todo cuando las carcasas son de plástico y de un grosor considerable.

Lo ideal es llevar una funda que proteja solo el marco del móvil o aquellas que están hechas de tela o de neopreno.

Móvil amarillo (1)

Móvil amarillo

Cuidado con lo de resistente al agua

Muchos teléfonos de hoy en día son resistentes al agua y cuentan con certificación IP67 o IP68. Esto proporciona un cierto grado de seguridad, pero habitualmente existen algunas limitaciones. Estos tipos de protección no implican que un móvil pueda sumergirse en el agua del mar. Normalmente un metro y medio y 30 minutos son las limitaciones, ya que la protección garantizada no suele ir más allá.

Además, el agua al que se refieren estas protecciones contra el agua no incluyen el agua salada sino la dulce. Así que mucho cuidado en el mar y en las piscinas. Para aquellos móviles que no son impermeables, una buena solución es comprar una funda que sí lo sea, que las hay a buenos precios.

Un enemigo como la playa

No dejes tu teléfono en la arena. Muchos móviles de ahora son a prueba de polvo, por lo que la arena no puede penetrar completamente en su interior. Pero los granos de arena pueden ocupar las ranuras, el espacio del conector, algo que no es bueno para el dispositivo. Además, la arena también puede rayar tanto el cuerpo como la pantalla del teléfono.

Si aun así, tienes algún problema con la arena, no cometas el error de intentar sacar la arena de las grietas, y en ningún caso con aire comprimido. Si lo haces, conseguirás que la arena entre todavía más dentro del dispositivo. Es mejor limpiarlo despacio y con cuidado con un cepillo fino.