Nunca conduzcas con el parabrisas empañado: es un riesgo muy serio, ya que la visibilidad se reduce mucho y pones en peligro tu vida y la de otros. En principio, el sistema de regulación de flujo de aire de tu coche debería permitirte evitar situaciones así pero, a veces, no funciona tan bien como debiera. Hoy, te explicamos cómo puedes evitar esta complicación tan molesta.
¿Por qué se empañan?
Sucede cuando la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior del coche es muy acusada. En casos de frío exterior, puedes solucionarlo abriendo una ventana o utilizando el sistema de aire acondicionado del coche. Si, por contra, hace más calor fuera, tienes que hacer justo lo contrario: echar mano de la calefacción. Y, sí, todas las soluciones son desagradables para ti y para tus pasajeros, porque a nadie le gusta pasar dentro del coche más frío o más calor que en la calle, pero debes hacerlo. Al fin y al cabo, es la seguridad lo que está en juego y tampoco deberás soportar la incomodidad durante demasiado rato.
Para la luneta trasera, que también se empaña, echa mano del sistema de cables eléctricos de bajo voltaje que suelen incorporar éstas. Si no, confía en la misma solución que utilizas para desempañar la delantera y las laterales.
Otras soluciones
Igualmente, y para prevenir estas situaciones, puedes emplear otros métodos. Uno, el más sencillo, consiste en pasar un paño empapado con agua y jabón por las lunas para eliminar las partículas de suciedad y evitar que los cristales se empañen, ya que la suciedad absorbe agua. También, puedes repartir por el habitáculo bolsas o calcetines llenos de arena de gato, que absorbe la humedad. Por último, pero eso tiene un coste, puedes aplicar a los vidrios de tu coche un tratamiento antivaho. Funciona como el de tus gafas.