El Boletín Oficial del Estado recogía, en su edición del pasado 3 de enero, una disposición que incorpora a nuestra legislación una autorización de la Unión Europea en virtud de la cual estará permitido también en España comercializar polvo de grillo desgrasado o, si se prefiere, harina de grillo. Este alimento (ya se considera como tal a todos los efectos) podrá utilizarse para elaborar panes, pastas, galletas y hasta cerveza. Desde 2018, los grillos pueden comercializarse al completo y como alimento, pero ahora se podrá vender también congelado, desecado o en polvo. El insecto en cuestión tiene, al parecer, hasta más proteínas que la carne. Bugsolutely, una empresa de Tailandia, hace años que elabora pastas alimenticias con harina de grillo.

Si no parece lo que es, seguro que nos gusta
Las empresas que trabajan con este tipo de harinas coinciden en dar por hecho que, al menos en Europa, la aceptación de sus productos será mayor si lo que venden se parece lo menos posible a lo que es. A diferencia de lo que sucede en Asia, África y algunos países de Sudamérica, en Europa el consumo de insectos es marginal, ya que se asocian a plagas, enfermedades y desgracias diversas. Kafka, que transformó al pobre Gregorio Samsa en un bicho gigante, ha tenido bastante que ver. Así, y para vencer los muchos prejuicios que pesan sobre estos animales, los que se empeñan en introducirlos en nuestra dieta han decidido camuflarlos. Y para eso, nada mejor que convertirlos en harina.
Fusilli
Lo que comercializa Bugsolutely es un tipo de fusilli –las espirales de toda la vida- que, según comentan los responsables de la empresa, saben a nueces y almendras. La apariencia, de entrada, no es desagradable y los grillos que permiten elaborar las espirales se crían en granjas especialmen te diseñadas para tal fin. De momento, sólo se venden a cocineros y similares, pero su idea es ampliar la clientela y la cartera de productos. Criar grillos, además, es muy rentable: con dos kilos de alimento se puede producir un kilo de proteína. Mucho más barato que criar vacas u ovejas. Lo dicho: comeremos bichos y no nos daremos ni cuenta.