Las empresas que están desarrollando los vehículos aútonomos llevan tiempo probándolos en carreteras de todo el mundo y puede decirse que están cerca de convertirse en una realidad. Son muchas las ventajas que nos traerán, aunque también quedan por resolver aún asuntos como el de los accidentes que ya han provocado durante la fase de pruebas, provocando incluso alguna víctima humana.

A pesar de todo, todo apunta a que serán más los beneficios que reportarán en el medio y largo plazo, convirtiéndose en parte del paisaje automovilístico en los próximos años.

Pero además de lograr que los vehículos logren una autonomía total y que se corrijan las disfunciones que hacen que todavía produzcan incidentes lamentables en las vías de circulación, un reciente estudio de la Universidad de California en Santa Cruz alerta de que su circulación por el centro de las ciudades podría aumentar considerablemente el tráfico de las mismas.

Según Adam Millard-Ball, profesor de la citada universidad estadounidense y responsable del estudio, los coches autónomos podrían llegar a ser responsables de la mala circulación en las ciudades por el hecho de que tratarían de evitar el pago del estacionamiento una vez que los ocupantes del vehículo lo hubieran abandonado.

El estudio incide en que los coches sin conductor no sentirían la misma urgencia de aparcar que las personas que conducen los vehículos tradicionales y que podrían continuar circulando por la urbe con tal de no tener que abonar el importe correspondiente al aparcamiento.

En opinión del profesor Millard-Ball, al propietario del vehículo autónomo le podría salir más rentable que su coche circulara sin descanso a baja velocidad que hacerle abonar el ticket de aparcamiento por el tiempo que el vehículo tuviera que esperar hasta recoger a su dueño.

En un escenario con una ciudad donde los vehículos autónomos fueran numerosos, la solución para que no se generara el caos circulatorio podría pasar por no cobrar el aparcamiento a los coches autónomos, una cuestión que podría suponer un importante lucro cesante en la recaudación municipal, por lo que se podría crear un conflicto que los regidores de las ciudades tendrían que acabar planteándose. ¿Tráfico fluido o recaudación por aparcamiento?

Otra solución podría pasar por que el coche autónomo volviera siempre a su lugar de origen para volver a recoger a su propietario cuando este lo necesitara. El problema que podría surgir en este caso es que los vehículos duplicarían los trayectos que precisan sus dueños, generando también así un tráfico mucho mayor que el necesario en principio.

Son muchos los aspectos que todavía quedan por resolver antes de que los vehículos autónomos se conviertan en un estándar en nuestra ciudades, pero algunos de ellos no son en absoluto menores, como en el caso del tráfico en las ciudades.